Opinión

A cualquiera, menos a Pedro Sánchez, se le caería la cara de vergüenza

El documento sonoro que hoy ofrece OKDIARIO es la prueba del nueve de la traición de Pedro Sánchez a las víctimas del terrorismo y la constatación de que el presidente del Gobierno se ha convertido en el mayor aliado de los herederos políticos de una banda de asesinos. Quien habla es Carlos Bautista, fiscal coordinador de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, el mismo que firma los escritos de oposición a la puesta en libertad de etarras con el tercer grado. Escuchen sus argumentos y tomen buena nota: «Voy a hacer, ahora en diciembre, 17 años en la Audiencia Nacional y no he visto nunca que un etarra colabore» para resolver alguno de los 379 asesinatos sin autoría, asegura el fiscal.

La colaboración es un requisito legal para obtener beneficios como los que están recibiendo los presos de las cárceles vascas, a los que acercó el Gobierno de Pedro Sánchez. El alegato del fiscal Bautista es toda una impugnación a la política penitenciaria de Pedro Sánchez en relación con los presos de ETA, una política que inició Moncloa con los acercamientos y la cesión de competencias de prisiones al País Vasco, y cuya última etapa, la de la puesta en libertad, lleva a cabo el Gobierno vasco de Iñigo Urkullu.

Hasta ahora, del total de 25 etarras puestos en libertad, ocho han vuelto a la cárcel y se estudian otros diez casos para devolverlos a prisión, al tumbar la Audiencia Nacional las medidas a favor de los presos. Por supuesto, las palabras del fiscal Bautista no afectarán lo más mínimo a un presidente del Gobierno que ha vendido la dignidad de España por los votos de los filoetarras. Desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, 203 etarras han sido trasladados a otras cárceles, 172 al País Vasco y Navarra. De ellos, 98 presos tenían delitos de sangre. En concreto, un sanguinario historial de 217 atentados y 298 víctimas. Estas son las cifras y esta la desvergüenza de un presidente que gobierna subido a lomos de la inmoralidad.