Opinión

De Celis, la etimología y la libertad de expresión

Lo sucedido esta semana en el Congreso es sumamente grave. El vicepresidente de la Cámara Baja, Gómez de Celis, expulsó de la tribuna y retiró la palabra a una diputada de Vox por referirse a Bildu como filoetarras. Es un acto gravísimo el del vicepresidente, pues coarta la libertad de expresión de un representante de la soberanía nacional, sea cual sea el partido por el que ostenta el acta de diputado, en un acto que constituye lo más parecido a una censura.

En cualquier caso, no debería molestarse el vicepresidente de Celis, pues si nos vamos al diccionario de la Real Academia Española (RAE), encontramos que el prefijo “filo”, procedente del griego, significa “amigo, amante de”, y pone como ejemplos el diccionario los términos “filosoviético” o el de “anglófilo”, en este último caso empleado como sufijo. En el primer caso, se aplica a quien admira el régimen soviético, donde podríamos encuadrar, por ejemplo, a parte de la izquierda, especialmente al PCE y a Podemos y quién sabe si no a pocos diputados socialistas. En el segundo caso, se trata de una persona admiradora de lo anglosajón, de lo de procedencia inglesa.

Bildu es el antiguo brazo político de ETA, como heredero directo de Batasuna. Eso es así, y muchos de sus miembros muestran, diariamente, admiración por ETA. Por tanto, con el diccionario de la RAE en la mano, quienes así se muestren serán “filoetarras”, como admiradores de esa banda terrorista que tantas muertes causó en nuestro país. Es más, si alguno de sus integrantes hubiese pertenecido directamente a ETA, sería un etarra, aunque la banda ya no opere, al igual que se califica como franquista a cualquier persona que tuvo alguna responsabilidad en el régimen de Franco y como “filofranquista” a quienes simplemente eran sus seguidores, aunque dicho régimen se encuentre extinguido.

Se trata de la etimología, del significado de las palabras, de los prefijos y sufijos; en definitiva, se trata de cultura. Es grave si un diputado no tiene dicho nivel mínimo cultural, pero más grave es todavía que se expulse de la tribuna y se le retire la palabra a un diputado simplemente porque lo que dice no es del agrado de quien preside. Esos tics autoritarios son muy peligrosos, porque pueden tener una deriva muy mala, como se puede comprobar en otros lugares donde no hay democracia o donde la perdieron.