Opinión

Ayuso abandera la defensa de la energía nuclear

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tiene previsto viajar a Mérida la semana que viene, una visita que tendrá como telón de fondo la preocupación por el cierre de la central nuclear de Almaraz, un asunto de enorme trascendencia nacional que afecta directamente a Madrid en cuanto la energía nuclear es vital para el suministro energético de la comunidad. Frente al empeño del Gobierno socialcomunista de completar el cierre de las cinco centrales españoles en 2030 -el apagado de la unidad 1 de Almaraz está previsto para 2027-, el PP pretende impedir que el plan de Pedro Sánchez cuaje. Díaz Ayuso pretende jugar un papel activo en la defensa de este tipo de energía y su viaje a Extremadura tiene, entre otros objetivos, el de abanderar la oposición al cierre de las nucleares.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid siempre ha defendido que la energía nuclear es fundamental para los intereses de la región. «La cercana central de Trillo, en Guadalajara, y la central extremeña son esenciales hoy por hoy para el suministro energético de la comunidad. El 40% del total de la energía que se consume en la región procede de estas dos centrales», ha defendido siempre el Ejecutivo de Ayuso, que ha denunciado la «obsesión» que tiene Pedro Sánchez con Madrid. «Quiere cortarnos la energía y el agua porque no soporta que seamos la locomotora económica de España», llegó a afirmar la presidenta madrileña.

Y es que el Gobierno socialcomunista, subido a lomos del integrismo ecojeta, amenaza con convertir a España en una isla, rodeada de naciones que abanderan la defensa de lo nuclear, pues cada vez son más los países de la UE que han apostado por este tipo de energía y hasta Marruecos se ha sumado a lista. En suma, que Ayuso acierta: la izquierda española, otra vez, ha elegido el camino contrario al del progreso y ha llevado su absurda inquina a la energía atómica a un grado de papanatismo ideológico absolutamente lesivo para los intereses nacionales.