¿Se atreverá Maduro a denunciar a Sánchez por plagiario?
Una de las acusaciones recurrentes de la izquierda es que comparar al socialcomunismo con Nicolás Maduro es muy poco original. No le falta razón, pero es que la comparación es de cajón cuando se analiza al detalle el «plan de regeneración democrática» que prepara el Gobierno y que, entre otras medidas, incluye un ataque a la prensa libre porque hay que «poner pie en pared ante la máquina del fango» y los «bulos y desinformación» que «han socavado la convivencia entre españoles», según Pedro Sánchez.
Esa alusión de Pedro Sánchez a la «convivencia» se recoge también en la reciente Ley contra el Fascismo, Neofascismo y otras expresiones similares, que el régimen de Nicolás Maduro aprobó el pasado mes de abril para perseguir la disidencia. Basta con traer a colación algunos de los párrafos de la norma venezolana y dejar que cada cual saque sus propias conclusiones. En su articulado, la ley chavista reserva una advertencia al «rol de los medios de comunicación» obligando a «los prestadores de servicio de radio, televisión, medios electrónicos y medios impresos, públicos, privados y comunitarios a difundir mensajes dirigidos a promover el ejercicio democrático de la voluntad popular, la convivencia pacífica, el reconocimiento de la diversidad, la tolerancia y el respeto recíproco».
Entre los mensajes prohibidos por la dictadura se encuentran aquéllos que «denigren de la democracia, sus instituciones y valores republicanos». En 2009, el régimen de Hugo Chávez ya presentó una Ley Especial de Delitos Mediáticos, con penas de cárcel para los medios por ir contra la «estabilidad» de las instituciones o la «paz social». La norma recogía un artículo específico para castigar la divulgación de noticias «falsas», que ocasionasen «una gran alteración a la tranquilidad pública» o «hubieren producido un perjuicio a los intereses del Estado».
No hay que ser muy sagaz para -después de escuchar los argumentos del presidente del Gobierno- concluir que Pedro Sánchez se ha inspirado en la ley de una dictadura como la venezolana para tratar de controlar a los medios críticos. Y es que Pedro Sánchez y Nicolás Maduro empiezan a parecerse como dos gotas de agua. Ahora, bien: las cosas como son: Maduro llegó primero. ¿Se atreverá el dictador venezolano a denunciar a Sánchez por plagiario?