Opinión

Así defienden a las mujeres víctimas de agresiones sexuales: partiéndose de risa

Resulta sencillamente obsceno que la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, se mofe a carcajada limpia de la salida de prisión de algunos agresores sexuales en aplicación del bodrio de la ley del sólo sí es sí. Se conoce que el hecho de que 139 agresores sexuales hayan visto reducidas sus condenas le provoca risa. El vídeo que ofrece OKDIARIO es la prueba del nueve de la falta de escrúpulos de la alto cargo de Igualdad, incapaz de mostrar la más mínima sensibilidad hacia el temor y el dolor de centenares de mujeres que han visto como sus agresores han visto mejorado su horizonte penal. ¿De qué te ríes, Pam? A la vista del tono jocoso con el que se ha referido al asunto en un reciente foro organizado por Podemos, Feminismo para todo el mundo. ¿Qué está pasando con la violencia machista?, cualquiera diría que a la secretaria de Estado de Igualdad le hace mucha gracia la situación derivada tras la entrada en vigor de ese esperpento legislativo perpetrado en su departamento.

«Cuando lo que te estás planteando es cómo acabas de verdad con el machismo, con la violencia machista, que un señor esté 11, 12, o 10 años y cinco meses, dependiendo de qué audiencia provincial esté analizado el caso…». «Esto es como chiste irónico experto para las locas del Ministerio de Igualdad… «, prosigue, entre risas. No cabe mayor infamia. «¿Qué está pasando con los violadores a la calle?», se pregunta a continuación, quejándose de que «es lo que nos echa en cara ahora mismo la extrema derecha»: «De los creadores de las personas van a ir al registro para cambiarse de sexo todas las mañanas, llega ¡los violadores a la calle! ¡Miles, oleadas!», comenta a carcajadas. Y lo peor es que el auditorio le ríe la gracia, especialmente María Naredo -asesora de la ministra Irene Montero- que se atreve a calificar de «bulo en toda regla» las informaciones sobre la salida de violadores.

En lugar de pedir perdón o de esconderse tras el daño causado, las altos cargos de Igualdad hacen chanza del asunto en una portentosa demostración de indecencia moral. Son así y así nos va.