Un amante de España en el poder USA
La elección de Marco Rubio, senador por Florida y uno de los líderes republicanos por excelencia por parte de Donald Trump en calidad de secretario de Estado, vienen a confirmar las expectativas que desde hace años se pusieron en este combativo hijo de exiliados cubanos que nació también en el exilio.
Se enfrentó abiertamente y sin miramientos hace cuatro años al propio Trump por la denominación del Partido Republicano a la Casa Blanca y ahí el hoy presidente electo pudo comprobar lo correoso de este defensor de la libertad en el mundo hispanoamericano en todos los países del hemisferio.
Su cooptación para ser de facto el número dos del que será nuevo gobierno estadounidense en mes y medio es la única noticia positiva para los intereses generales españoles en la actual hora. Conoce España a la perfección, admira su historia de la que cree formar parte y, sin duda, mantiene contactos a alto nivel con dirigentes españoles, fundamentalmente del PP, aunque también con socialdemócratas de aquí. Me consta esa relación «fraternal», por ejemplo y sin ir más lejos, con el embajador de España, José Ramón García Hernández, persona que trabajó codo con codo en aquellos gobiernos de Mariano Rajoy.
Se comprende que, tras conocerse la noticia de la elección del senador por Florida, los liberticidas que ejercen esa condición en distintos países de Hispanoamérica estén de los nervios. Muy especialmente, Maduro y sus muchachos, que andan suplicando al Papa Francisco que medie con la Casa Blanca para que no derroquen al ladrón de elecciones, como si se pudiera obviar la violación sumaria de los derechos humanos; a cambio prometen liberar a presos políticos, ya que no pueden devolver la vida a los que asesinaron.
Si la política española actual no fuera tan cateta, sus dirigentes ya estarían llamando a Rubio para pedir que no se olvide de sus orígenes y que en la España actual existen miles y miles de puestos de trabajo que dependen del buen trato económico y comercial de los Estados Unidos de América. Eso es hacer país y no las tonterías de politiquillos de cuarta.
Lo escrito: ojo con Marco Rubio. A nada que tenga un poco de suerte y coadyuve a parar alguna de las guerras existentes hoy en el mundo, su gran carrera no ha hecho más que empezar.
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