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Algunas prioridades del nuevo gobierno en Palma

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Tras el desastroso mandato de José Hila, que con sus socios de Més y Podemos ha dejado esta ciudad irreconocible, bienvenido sea el gobierno de Jaime Martínez, que si es capaz de deshacer los entuertos y desmontar disparates de un mandato errático y sin rumbo, por lo menos devolverá a esta Palma, que era y sin duda debe recobrar el serlo, la mejor ciudad del Mediterráneo.

Hará falta reconducir la calidad perdida y al mismo tiempo tratar de llevar a cabo una gestión al nivel de lo que desea la mayoría de los ciudadanos. Lástima, y conviene también destacarlo, que no hayan querido contar en su mandato con una figura como Fulgencio Coll, que sin duda habría podido aportar una buena parte de su experiencia y visión ciudadana.

Hete aquí un conjunto de prioridades que, en opinión de quien desde hace muchos años se ha ocupado y preocupado de las necesidades de Palma, deberían ser prioritarias en su mandato.

El urbanismo y, consecuentemente, también la falta de viviendas ha sido uno de los mayores errores de una gestión que el gobierno de mayoría socialista ha dejado en manos de Més y en concreto de la concejal Neus Truyol. El mayor error ha sido la reducción de la superficie edificable que ha encarecido los precios del suelo y a continuación el de las viviendas: menos solares igual a viviendas más caras. Y tampoco no haber sabido llevar a cabo convenios con los promotores para edificar viviendas sociales y haber prohibido la conversión de locales en viviendas. En resumen, un caos que costará revertir. Pero ahí tenemos, tienen ahora, uno de los mayores retos.

El segundo gran problema de Palma ha sido y es el de la movilidad. Es absolutamente necesario tratar de solucionar, en combinación con el Govern y el Consell, los accesos a Palma. Y luego hay que terminar urgentemente el Segundo Cinturón para descongestionar la Vía de Cintura. Ítem más, hace falta ampliar las zonas de aparcamientos en superficie en la periferia de los accesos a Palma.

Igualmente hay que suprimir el proyecto de tranvía, pacificar el tráfico y convertir Palma en una auténtica ciudad 30. Prioritariamente, también regular el problema de los patinetes en las vías urbanas. A todo ello resulta necesario incrementar las frecuencias de los autobuses y, finalmente, aumentar también el número de taxis.

La seguridad ciudadana es otro de los aspectos que es preciso tratar de lograr. Por la propia tranquilidad de los habitantes de Palma, como por la de sus visitantes, ya que un enclave turístico de esta importancia necesita un entorno seguro. Hace falta incrementar el número de policías, recuperar eficientemente la policía de barrio, aumentar la vigilancia de bandas en las zonas verdes y polígonos y lograr que la Playa de Palma sea un lugar con seguridad y horarios adecuados. Y para poder obtener mayores efectivos de policía y guardia civil, será preciso habilitar espacios para su residencia.

Se ha repetido que el Pacte ha dejado Palma como una de las ciudades más sucias de España y en efecto así es. La limpieza debería ser uno de los objetivos prioritarios. Para ello hará falta aumentar la dotación de Emaya y regular mejor su funcionamiento. Pero al mismo tiempo hay que devolver a las calles su limpieza con agua, especialmente en sus zonas centrales y, aunque esta cuestión sea compleja y haga falta la colaboración de la Policía Local, eliminar las pintadas de las calles, especialmente las de su casco antiguo, que degradan la ciudad.

Para acometer proyectos culturales no hace falta, como se ha dicho, incrementar el número de museos. Antes al contrario tenemos suficientes con los espacios actuales como son Es Baluard, Miró, Solleric o Balaguer, donde sólo hace falta llevar a cabo muestras de calidad realizando convenios con fundaciones o museos para la organización o el traslado de sus muestras itinerantes o bien para impulsar convenios con entidades privadas para la organización de actividades culturales. No necesariamente el Ayuntamiento tiene que ser el promotor de todo. Ciclos temáticos bien pueden correr a cargo de entidades privadas financiadas por la ciudad. Y esto también es urgente, hay que devolver a los premios Ciudad de Palma el bilingüismo.

El mantenimiento de las infraestructuras es otra cuestión prioritaria. Mejor arreglar las cosas antes que tenerlas que hacer de nuevo. El deterioro de muchas infraestructuras es notorio, tanto en el casco antiguo como en las barriadas, y entre ellas es urgente solucionar los problemas de suministro de agua potable, evitando fugas y de alcantarillado, con la depuración suficiente para poder mantener las aguas litorales limpias. Y al margen de estas importantes cuestiones, hay que lograr una mejora de la jardinería urbana.

Atención especial merece la cuestión turística. Parece un error limitar el número de hoteles boutique, que proporcionan a la ciudad un turismo de calidad y estable. Por otra parte, hace falta mejorar las webs turísticas y, como en las grandes ciudades, establecer convenios para las visitas a los museos como un incremento de sus atractivos.

Sin duda, podríamos aquí pasar a establecer otras prioridades que también merece esta ciudad, pero con que fueran tratando de mejorar y, si fuera posible, solucionar estas cuestiones, convendríamos en que el cambio de gobierno ha sido absolutamente necesario. El nuevo consistorio y en concreto su alcalde Jaime Martínez tienen ante sí mucho que hacer. Confiamos en que no nos defrauden.

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