Opinión

Además de un calumniador, Echenique es mala gente

Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, ha vuelto a ser condenado por la Justicia: esta vez a 80.000 euros (que tendrá que pagar a medias con Juan Manuel del Olmo, asesor de Comunicación de Pablo Iglesias) por acusar de violación a Manuel López, un hombre que fue asesinado y de cuyo crimen fue cómplice la candidata de la formación morada a la alcaldía de Ávila, Pilar Baeza. Echenique, para justificar la designación de Baeza, dijo que ésta había sufrido una agresión sexual por parte de la víctima, lo que llevó a la familia de éste a presentar una demanda contra el portavoz podemita. El Supremo ya había dejado meridianamente claro que no existía indicio alguno de violación, por lo que Echenique cometió la inmensa vileza de acusar al mismísimo asesinado de un delito gravísimo. Y lo hizo a sabiendas de que era mentira.

Una juez acaba ahora de condenar a Echenique, al que ha obligado a leer el fallo de la resolución en una rueda de prensa con la misma convocatoria que tuvo la rueda de prensa de fecha 4 de marzo de 2019 en la que se profirieron las expresiones constitutivas de intromisión ilegítima. Pablo Echenique es un policondenado -ya fue condenado anteriormente a una multa de 11.040 euros por la contratación irregular de su asistente, al que pagó en negro-. Ahora, vuelve a toparse con la Justicia, que también le tiene en el punto de mira después de que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional le haya identificado como apoderado de una de las cuentas vinculadas a la consultora chavista Neurona.

Hay que ser muy miserable para acusar de violación sin pruebas a un asesinado. Y hay que ser muy miserable para no dar de alta en la seguridad a un trabajador y tenerle cobrando en negro. La moralidad del portavoz podemita está por los suelos. La poca altura ética de Echenique le retrata como alguien sin escrúpulos. Mala gente.