Bikesharing

Saludable y rentable: compartir bici genera millones de euros de beneficios a las ciudades europeas

Un estudio cuantifica por primera vez el retorno económico y social de los sistemas de alquiler

Las bicicletas compartidas evitan 46.000 toneladas de CO₂ y previenen 1.000 enfermedades crónicas

  • Antonio Quilis
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora director de OKGREEN en OKDIARIO. Anteriormente director de El Mundo Ecológico. Colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Un nuevo estudio encargado por EIT Urban Mobility y Cycling Industries Europe ha cuantificado por primera vez el retorno económico y social de la inversión en programas de bicicletas compartidas en Europa.

El análisis, realizado por la consultora EY, revela que compartir bici genera 305 millones de euros en beneficios anuales, confirmando su papel como elemento clave en la movilidad urbana sostenible.

La investigación demuestra que este sistema de transporte aporta importantes beneficios medioambientales, sanitarios y económicos a más de 150 ciudades europeas que actualmente cuentan con estos servicios.

Casi medio millón de bicis disponibles

El estudio abarca la Unión Europea de los 27, además de Reino Unido, Suiza y Noruega, analizando sistemas que van desde grandes redes metropolitanas como la de París, con 42.200 bicicletas, hasta el de Bruselas, con más de 11.000 unidades, pasando por ciudades más pequeñas que operan con sólo unas pocas docenas de vehículos.

Juntas, estas redes forman una flota de 438.000 bicicletas compartidas que proporcionan millones de viajes al año. Estos sistemas conectan a la población con el trabajo, la educación y el transporte público, convirtiéndose en una pieza fundamental del ecosistema de movilidad urbana europea.

Sin emisiones

Los resultados del análisis demuestran que cada año el servicio para compartir bici ahorra 46.000 toneladas de emisiones de CO₂ y 200 toneladas de contaminantes atmosféricos nocivos para la salud humana.

Estas cifras cobran especial relevancia en el contexto de la crisis climática y los problemas de calidad del aire que afectan a muchas ciudades europeas. Al reemplazar los viajes en coche por la movilidad activa, estos sistemas contribuyen directamente a la reducción de la huella de carbono urbana y mejoran la calidad del aire que respiran los ciudadanos.

Impacto directo en la salud pública

Los beneficios sanitarios de los sistemas de bicicletas compartidas resultan especialmente significativos, según el estudio. La investigación revela que estos programas previenen 1.000 enfermedades crónicas anualmente, lo que representa un ahorro de 40 millones de euros en asistencia sanitaria para los sistemas públicos de salud europeos.

Este ahorro no sólo tiene un valor económico, sino que mejora sustancialmente la calidad de vida de miles de personas que adoptan hábitos de movilidad más activos. El aumento de la actividad física reduce la mortalidad prematura, las enfermedades cardiovasculares y el riesgo de cáncer.

Además del impacto en salud, compartir bici alivia significativamente la congestión del tráfico urbano. El estudio cuantifica un ahorro de 760.000 horas de productividad anuales, valoradas en 30 millones de euros, que los ciudadanos recuperan al evitar atascos y demoras en sus desplazamientos diarios.

Bici eléctrica de uso compartido en Londres.

Efectos multiplicadores

Esta mejora en la eficiencia del transporte urbano tiene efectos multiplicadores en la economía local, permitiendo que trabajadores y empresas aprovechen mejor su tiempo. El sector respalda además 6.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en toda Europa, generando empleo directo e indirecto en múltiples ciudades.

Para los usuarios individuales, el servicio para compartir bici ofrece un modo de transporte extremadamente rentable que reduce los gastos de movilidad hasta en un 90% en comparación con la propiedad y uso de automóviles privados.

Este ahorro resulta especialmente relevante en un contexto de crecientes costes de combustible, seguros, mantenimiento y aparcamiento de vehículos. La opción de pago por uso permite a los ciudadanos acceder a movilidad flexible sin las cargas financieras asociadas a la propiedad de un medio de transporte.

Retorno económico de la inversión pública

Para las administraciones municipales, compartir bici representa también un excelente argumento de inversión pública. Por cada euro gastado actualmente, hay un retorno anual del 10%, lo que genera 1,10 euros en externalidades positivas para la sociedad.

Esta rentabilidad convierte a estos sistemas en una de las inversiones más inteligentes que puede realizar una ciudad en términos de movilidad sostenible. El modelo de negocio demuestra que la sostenibilidad ambiental y la viabilidad económica pueden ir de la mano cuando se diseñan políticas públicas adecuadas.

Un billón de beneficios

Las proyecciones para 2030 resultan aún más prometedoras si continúan la inversión y la expansión de estos servicios. Los beneficios podrían ascender a un billón de euros anuales, incluyendo 224.000 toneladas de emisiones de CO₂ evitadas, más de 4.200 enfermedades crónicas prevenidas y casi 13.000 puestos de trabajo respaldados.

En estas condiciones optimistas, cada euro invertido podría proporcionar un retorno anual del 75% del gasto público inicial. Estas cifras demuestran el enorme potencial de crecimiento del sector si se mantienen las políticas favorables.

Factores clave

El estudio identifica cuatro factores clave que podrían impulsar este crecimiento exponencial en los próximos años. El primero es el aumento de la demanda debido a la urbanización creciente y la mayor concienciación ciudadana sobre sostenibilidad.

El segundo factor es una mayor oferta gracias al apoyo normativo y una cobertura más amplia en las ciudades. El tercer elemento es la electrificación de las flotas en respuesta al gran interés de los usuarios por las bicicletas eléctricas. Finalmente, la expansión territorial permitiría colmar las lagunas existentes en el servicio.

Condiciones para el éxito futuro

Estas oportunidades de crecimiento dependen de condiciones favorables que las administraciones públicas deben garantizar. Entre ellas destacan una política y una financiación coherentes a largo plazo, unos sistemas más flexibles y fiables basados en planificación con datos, y una mayor integración con el transporte público y la infraestructura ciclista urbana.

La coordinación entre diferentes niveles de gobierno resulta fundamental para crear redes efectivas. Sin estas condiciones, el potencial de compartir bici podría no materializarse completamente en los próximos años.

Ejemplos de éxito en Europa

Bernadette Bergsma, directora de comunicaciones y asuntos de la Unión Europea del EIT Urban Mobility, destaca que el estudio demuestra que compartir bici es mucho más que una opción de transporte adicional, también aporta beneficios cuantificables a los ciudadanos, las ciudades y el medioambiente.

La evidencia es clara, ya que cada inversión en bicicletas compartidas fortalece la salud pública, hace que los sistemas de movilidad sean más eficientes e impulsa las economías locales. El organismo se compromete a ayudar a las ciudades a aprovechar estas ventajas.

El retorno de un euro de inversión

Yannick Cabrol, directora de EY, explica que siempre se parte de la base de que hay un equilibrio entre las personas, los beneficios y el planeta, pero el uso compartido de bicicletas demuestra exactamente lo contrario.

Por cada euro invertido en bicicletas compartidas, se recuperan al menos 1,10 euros, al tiempo que se devuelve tiempo a las personas, se mejora la calidad del aire que respiran, se crean puestos de trabajo y se reduce la huella de carbono. Los resultados subrayan que estos sistemas son una herramienta sostenible y estratégica para las ciudades europeas del futuro.