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Compra una casa en Tenerife con una palmera en el patio, y ahora debe gastarse 1500€ al año aunque no quiera

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Comprar una vivienda en Tenerife suele despertar la ilusión de disfrutar del clima, el mar y la exuberante vegetación isleña. Sin embargo, para algunos propietarios, esa imagen idílica se transforma rápidamente en un compromiso económico inesperado.

Tener un jardín con una palmera canaria, un símbolo natural y cultural de las islas, implica enfrentarse a obligaciones legales y gastos que superan los 1.500 euros anuales, incluso si no se desea mantener la planta.

Comprar una casa en Tenerife con palmera canaria puede generar gastos obligatorios

Gerardo, residente de La Laguna, adquirió hace dos años una vivienda junto a su hermano que incluía una palmera Phoenix canariensis, una especie endémica y protegida de las Islas Canarias.

Aunque inicialmente la palmera era un atractivo añadido, pronto descubrieron que la normativa local convertía el cuidado de esta planta en un proceso complejo y costoso.

«Se trata de una especie protegida y no puedes talarla. Hay que podarla y gestionar los restos de la poda a tu cargo, en lugares autorizados», explica Gerardo a Atlántico Hoy.

La normativa de Tenerife que encarece el mantenimiento de palmeras canarias

En Tenerife, cualquier intervención sobre la palmera requiere autorización previa del Cabildo, gestionada por el área de Biodiversidad y Protección del Medio Natural.

Sólo empresas acreditadas pueden realizar las podas, garantizando el cumplimiento de las técnicas correctas y los protocolos de seguridad fitosanitaria.

La poda estándar cuesta aproximadamente 200 euros, pero el mayor desembolso surge de la gestión de los residuos, que puede llegar a 400 o 500 euros por cada intervención. Gerardo asegura que entre dos y tres podas al año, el gasto anual asciende a unos 1.500 euros.

Picudo rojo y gestión de residuos: cómo les afecta a los propietarios de palmeras en Tenerife

El elevado costo se debe, en gran parte, a la presencia del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), una plaga que afecta gravemente a las palmeras. Para prevenir su expansión, los restos de poda no pueden eliminarse como los desechos de jardín convencionales, sino que deben trasladarse a centros autorizados bajo estrictos controles.

Este procedimiento impide que los propietarios puedan donar o trasladar libremente la palmera sin autorización y sin asumir los costes de la operación.

Es decir, la poda requiere notificación previa al Cabildo y únicamente los profesionales acreditados pueden intervenir. Por otro lado, los restos deben gestionarse en puntos específicos para evitar la propagación del picudo rojo.

Consecuencias de tener una palmera canaria en una propiedad privada

Si la palmera muere por causas naturales, las autoridades pueden abrir una investigación detallada sobre la causa de su fallecimiento. Trasplantarla también implica autorizaciones y el pago de toda la operación.

Este nivel de control refleja la importancia cultural y ecológica de la especie en Canarias, pero también evidencia la carga económica y administrativa que recae sobre los propietarios de jardines privados.

La experiencia de Gerardo muestra que la compra de una casa en Tenerife con una palmera puede ser un símbolo de belleza y un compromiso económico al mismo tiempo, recordando que la protección ambiental puede implicar responsabilidades personales significativas.