El Smart también puede ser un chico malo

Ves un Smart en directo y automáticamente te cae simpático. Es inevitable, ¿verdad?. Es como esa clase de personas que caen bien a todo el mundo. Todos tenemos algún ejemplo en nuestra vida de este tipo de gente que, hables con quien hables, no logras ‘arrancar’ una mala palabra sobre él -o ella-. Pero, a pesar de esa apariencia, las cosas siempre pueden ‘torcerse’.

No es la primera vez que te hablamos de preparaciones. A veces con éxito, como los casos que te presentamos de Brabus y Mercedes, y otras con todo lo contrario, como el Bentley Continental GT de Mansory.

El caso es que hasta el más pequeño del lugar está expuesto a este tipo de transformaciones radicales. Y no es algo aislado, sino que al Smart ‘le meten mano’ desde varias compañías dedicadas a esto del tuning. Vamos a centrarnos en su nueva generación, y en dos ejemplos que, seguramente, te hagan la boca agua.

Smart Carlsson

La versión de Carlsson del Smart ForTwo de nueva generación parece haberse pasado un mes sin salir del gimnasio. Gana músculo y agresividad por los cuatro costados, empezando por un frontal donde cuenta con un nuevo spoiler delantero y una parrilla delantera oscurecida. Se añaden en los laterales nuevos faldones, mientras que en la zaga se acopla un alerón y un difusor, a través del cual asoman cuatro salidas de escape. Quizás sea algo exagerado, sobre todo si tenemos en cuenta que el motor TCe de 0,9 litros y 90 CV no ha sido modificado. Lo que sí se han cambiado son las llantas originales, habiendo optado ahora por unas de aleación de 17 pulgadas de tamaño que realzan el conjunto.