DGT

La DGT manda un aviso importante por la maniobra que hacen en Europa y que en España casi nadie conoce

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La seguridad vial es un asunto prioritario tanto para los conductores como para las autoridades responsables del tráfico. En este contexto, la Dirección General de Tráfico (DGT) está preparando un importante cambio normativo que afectará directamente a la forma en que se comportan los conductores cuando hay un atasco en autopistas y autovías. Aunque muchos conductores españoles no estén familiarizados con esta práctica, en países como Alemania, Austria o Suiza es ya una costumbre muy extendida: se trata de lo que se conoce como el «efecto pasillo» o «carril de emergencia».

Este concepto, que tiene como objetivo facilitar el acceso de los servicios de emergencia a zonas donde se ha producido un accidente o una avería, pasará a formar parte del Reglamento General de Circulación. Con esta medida, la DGT pretende dar un paso adelante en la modernización del comportamiento vial, alineando la normativa española con las mejores prácticas europeas. El «efecto pasillo» no sólo mejora la eficiencia en la respuesta ante emergencias, sino que también puede reducir el tiempo de espera de los afectados y minimizar el riesgo de que se produzcan colisiones secundarias.

La DGT avisa sobre el ‘efecto pasillo’

El «efecto pasillo» consiste en liberar el espacio central de la calzada durante un atasco para permitir el paso de ambulancias, bomberos o policías. En lugar de permanecer en su posición, los vehículos deben abrirse hacia los laterales de la vía. En autopistas con dos carriles por sentido, los coches del carril izquierdo deben desplazarse hacia la izquierda, mientras que los del derecho lo harán hacia la derecha para que quede un carril libre en el centro.

En calzadas con más de dos carriles por sentido, la configuración del carril de emergencia varía ligeramente. En este caso, el pasillo debe formarse entre el carril situado más a la izquierda y el inmediatamente contiguo. Esto implica que los conductores del carril izquierdo se desplacen completamente hacia la izquierda, mientras que los del resto de carriles se desplacen lo más posible hacia la derecha. Esta forma de actuar permite mantener libre una franja centra.

La iniciativa cobra especial importancia en contextos donde cada segundo cuenta. Imaginemos una situación en la que una ambulancia necesita llegar rápidamente hasta una persona herida en un accidente de tráfico. Si los conductores permanecen inmóviles ocupando sus carriles sin apartarse, el acceso del vehículo de emergencia se ve seriamente limitado. En cambio, si todos colaboran abriéndose hacia los lados, se crea un pasillo que le permite circular con rapidez y seguridad.

Esta maniobra, habitual y casi automática en países del centro y norte de Europa, es poco conocida en España. En Alemania, por ejemplo, los conductores la realizan de forma instintiva desde hace años gracias a campañas de concienciación y a que forma parte de la formación vial desde el inicio. Ahora, la DGT quiere seguir ese ejemplo e incluir esta conducta como obligatoria en nuestro reglamento.

Reglamento General de Circulación

La aplicación de esta medida requerirá un proceso de adaptación. La DGT tendrá que desarrollar campañas de sensibilización, adaptar los manuales de formación vial y trabajar conjuntamente con autoescuelas y cuerpos de seguridad. También se prevee la actualización de las señales informativas en carretera y utilizar paneles de mensaje variable para recordar esta obligación en tiempo real, especialmente en tramos conflictivos o propensos a retenciones.

Cabe destacar que no cumplir con esta nueva norma podría acarrear sanciones económicas. Aunque la cuantía y la tipificación de la infracción están aún en estudio, se espera que tenga un tratamiento similar al de otras conductas que dificultan el trabajo de los servicios de emergencia, como no ceder el paso a una ambulancia en un cruce.

La efectividad del «efecto pasillo» está más que demostrada. En países donde se ha implementado de forma sistemática, se ha comprobado que los tiempos de llegada de los vehículos de emergencia se reducen significativamente, lo que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en determinados contextos. Además, mejora la fluidez del tráfico una vez se ha resuelto el incidente, ya que permite una intervención más rápida y eficaz.

Esta propuesta de la DGT va más allá de una simple modificación normativa: representa una transformación cultural en la forma de entender la conducción y la convivencia en carretera. Implica asumir que cada conductor puede jugar un papel crucial en situaciones de emergencia y que, mediante una acción tan sencilla como desplazarse unos metros hacia un lado, se pueden salvar vidas.

En definitiva, el «efecto pasillo» dejará de ser una curiosidad europea para convertirse en una obligación también en España. La clave estará en la educación, la información y la colaboración ciudadana. Si los conductores adoptan esta práctica como algo natural, como ya sucede en otros países, las carreteras españolas serán no sólo más eficientes, sino también más solidarias y seguras para todos.