BMW i8 Protonic Red Edition, la celebración más pasional

Que el BMW i8 es un espectáculo en toda regla no lo pone en duda nadie. De hecho, los datos así lo demuestran, ya que se trata del deportivo híbrido más vendido en el mundo. Tanto es así que en la factoría de Munich donde nace se vieron forzados a doblar su producción. Todo esto hace que la marca alemana esté orgullosa hasta tal punto que se ha decidido a lanzar una edición especial del coche llamada Protonic Red Edition en la que, como ves en las imágenes y habrás podido deducir por su nombre, el rojo -color de la pasión- es su principal protagonista.

Es una lástima que el BMW i8 Protonic Red Edition sea una edición limitada, si bien aún no sabemos a cuántas unidades. Pero lo cierto es que todo el mundo que desee adquirir este vehículo debería tener la opción de poderlo elegir con este tono para su carrocería. A un diseño de lo más agresivo como es el del i8 le sienta como un guante un color tan vivo. Además de él, encontramos también una serie de detalles en color Gris Frozen a modo de contraste y unas nuevas llantas de 20 pulgadas de nuevo diseño.

Otro de los puntos donde el BMW i8 Protonic Red Edition destaca es en el interior. Aquí también dispondremos de elementos exclusivos, como son unas nuevas inserciones de fibra de carbono, una tapicería de piel con costuras de color rojo a modo de contraste y una placa distintiva situada en los umbrales de las puertas con la inscripción ‘Protonic Red Edition’.

Donde no encontraremos cambio alguno es en el motor del BMW i8 Protonic Red Edition. Esta mecánica es en gran parte responsable del éxito del deportivo germano, con lo que no necesita variación alguna para que siga siendo tan interesante. Recuerda que estamos hablando de un motor tricilíndrico turbo de 1,5 litros con 231 CV de potencia, que se une a otro propulsor eléctrico de 131 CV para dar una potencia total de 362 CV. Su sistema de tracción a las cuatro ruedas es otro de los puntos clave del i8, vehículo que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos y de alcanzar una velocidad punta de 250 km/h, limitada electrónicamente. Y todo ello homologando un gasto de carburante de 2,1 l/100 km. ¡Casi nada!