Audi y la historia del lobo con piel de cordero

Todos tenemos la percepción de que Audi es una marca señorial, tirando a clásica en sus diseños. Esto último es evidente, pero lo primero, a veces no tanto. Prueba de ello es el nuevo RS3 Sportback, con el que la marca de los cuatro aros saca a relucir su lado más gamberro.

Estamos ante un deportivo con todas las de la ley, a pesar de su sobrio aspecto. Se sitúa en la misma liga que varios de sus vecinos alemanes, como el Mercedes A45 AMG o el BMW M135i xDrive. Incluso está llamado a competir con dos rivales que esperan pacientemente su llegada al mercado, los nuevos Ford Focus RS y Honda Civic Type R. Vamos a dar un repaso a todos ellos en lo que va a ser un post cargado de músculo.

Audi RS3 Sportback

A pesar de tener una apariencia sobria e inofensiva, lo cierto es que con el Audi RS3 Sportback estamos ante una auténtica bestia del asfalto. Bajo su capó encierra un motor TFSI de 2,5 litros y cinco cilindros capaz de entregar una potencia máxima de 367 CV.

Este bestial propulsor se asocia a una caja de cambios automática S Tronic de 7 velocidades, que se puede activar también de forma manual a través de la palanca o de levas situadas tras el volante. Tanta deportividad no es impedimento para que, además de rápido, el RS3 Sportback sea un coche eficiente. Homologa un gasto de 8,1 l/100 km -cifra que aumentará considerablemente si le exigimos todo lo que da de sí- y unas emisiones de 189 gramos de CO2 por kilómetro.