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El truco de los 5 segundos que salvará a tu perro de un golpe de calor este verano

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Los perros, al igual que nosotros, también sufren los efectos de las altas temperaturas durante los meses de verano. Cabe señalar que no tienen glándulas sudoríparas repartidas por todo el cuerpo, sino solo en las almohadillas, por lo que cuentan con menos mecanismos para «defenderse» del calor. Para regular su temperatura corporal, jadean y sudan a través de las almohadillas, pero en los días de calor intenso, estos mecanismos pueden ser insuficientes. Son precisamente las almohadillas una de las zonas más sensibles de la anatomía del perro, así que a la hora de sacarlo a pasear hay que tener en cuenta el truco de los 5 segundos.

Así es el truco de los 5 segundos para cuidar al perro en verano

La propia Policía Nacional, a través de su cuenta oficial de Twitter, ha explicado en qué consiste el truco de los 5 segundos para los perros. «Para los que tenéis mascotas, es importante que conozcáis este consejo con las altas temperaturas. Pon el reverso de tu mano en el suelo y si no eres capaz de soportar el calor 5 segundos, tu perro tampoco podrá», indica el cuerpo.

Un truco muy sencillo, mediante el cual podemos saber si el suelo está demasiado caliente como para sacarle a pasear. La planta de las patas de los perros la componen unas almohadillas cubiertas de una piel protectora resistente y gruesa. En su interior cuentan con unos depósitos de grasa que amortiguan sus pisadas, así como con muchas terminaciones nerviosas que las vuelven muy sensibles.

Por esta razón, es muy importante que durante la época estival las vigilemos y las cuidemos. Esto pasa por prestar atención a  las superficies por la que amos con nuestras mascotas de paseo. El asfalto, la hierba artificial y la arena de la playa se calientan mucho y pueden llegar a quemar sus almohadillas.

Algunas de estas superficies tienen un agravante, y es que pueden almacenar el calor y, una vez la temperatura ambiente empieza a descender, irradian calor, así que el riesgo de que los perros sufran daños en las almohadillas se mantiene en el tiempo.