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Si das de comer a tu gato así estás cometiendo un error: el aviso importante de una etóloga

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Comprender a los animales a través de su comportamiento no es nada fácil incluso para quienes conviven con ellos a diario. En el caso de los gatos, son animales con una biología particular, hábitos propios de un depredador y un universo emocional y cognitivo que no siempre logramos entender. Lo que para muchos dueños es «normal» en realidad puede ser un indicador de estrés o aburrimiento. Y uno de los aspectos donde más errores se cometen es, precisamente, en la alimentación.

En este contexto, Mary Granero, etóloga especializada en comportamiento felino y autora de «Lo que la ciencia sabe de tu gato», advierte sobre un aspecto clave pero que, sin embargo, suele pasar desapercibido: la manera de alimentar a los gatos condiciona su peso, su salud mental y hasta su nivel de actividad. Lo que parece una tarea sencilla (poner pienso en un cuenco) puede tener consecuencias silenciosas a medio y largo plazo. Su advertencia se centra en un aspecto tan habitual como subestimado: el descanso felino.

¿Qué revela realmente el comportamiento de descanso de los gatos?

Para entender por qué los gatos pasan tantas horas durmiendo, lo primero es conocer su origen. Aunque vivan en un piso y duerman en una cama mullida, en realidad son depredadores nacidos para cazar, una actividad que consume enormes cantidades de energía. Por este motivo, pueden dormir entre 12 y 16 horas al día, aunque algunos alcanzan las 18 en función de su edad, temperatura ambiental, estado de salud o nivel de actividad.

Ahora bien, incluso cuando están dormidos, muchos gatos permanecen en un estado de semi vigilia, listos para reaccionar ante cualquier estímulo. Sin embargo, en el entorno doméstico, dormir tanto ya no cumple la función de conservar energía para cazar, porque su comida está garantizada. Y ahí comienza el problema.

Según Granero y otros expertos, el error más común entre los dueños de gatos es poner la comida en el cuenco, de tal manera que el gato pueda acceder a ella sin ningún tipo de esfuerzo. Lo que para una persona es una forma lógica y cómoda de alimentar a su mascota, para el gato supone la pérdida de una parte fundamental de su comportamiento natural.

Cuando el gato doméstico recibe su comida servida y lista para comer, ocurren tres cosas:

Cuando se combinan estos factores, aumentan las probabilidades de que el gato desarrolle problemas conductuales que los dueños no suelen asociar al entorno o al método de alimentación.

Transformar la comida en un juego

La recomendación principal de los etólogos es recuperar la parte de caza, pero adaptada al hogar. No se trata de que el gato sufra para conseguir comida, sino de devolverle parte de su motivación innata. Éstas son las estrategias más efectivas:

En definitiva, los gatos requieren una alimentación que respete su naturaleza depredadora y que los invite a moverse, pensar y explorar. El mensaje de los expertos es claro: «si el gato duerme en exceso, puede que su mente y su cuerpo no estén recibiendo lo que necesitan. No es solo sueño: es falta de estímulos».

Cuando un gato tiene interactuar con su entorno para obtener alimento, activa su instinto natural de caza, algo esencial para mantenerlo estimulado tanto física como mentalmente. Este tipo de alimentación reduce el aburrimiento, favorece el ejercicio, ayuda a prevenir el sobrepeso y disminuye conductas indeseadas relacionadas con la falta de actividad. ¿El resultado? Un gato más equilibrado, más feliz y con un comportamiento mucho más armonioso dentro del hogar.