Mascotas
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Las personas que hablan con sus mascotas tienen estas 7 características, según los psicólogos

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Hablar con los animales es una conducta tan común que muchas personas ni siquiera se plantean si es «normal» o no. Lo cierto es que millones de personas en todo el mundo hablan a diario con sus mascotas como una forma no sólo de desahogarse, sino también de fortalecer su vínculo.

Las mascotas forman parte del hogar y del entorno emocional, y permiten expresar pensamientos, emociones y sentimientos en un contexto totalmente seguro. Por eso no sorprende que los profesionales de la salud mental vean esta conducta como un reflejo de estabilidad emocional, apego seguro, sensibilidad natural y una conexión auténtica con su entorno.

Empatía

Según los psicólogos, las personas que hablan con sus mascotas suelen tener una mayor sensibilidad hacia las emociones y las necesidades de otros seres vivos. Esta empatía no se limita a los animales, sino que suelen ser personas muy comprensivas con sus familiares, amigos y compañeros de trabajo. La habilidad para ponerse en el lugar del otro mejora la capacidad de comunicación y reduce la probabilidad de conflictos.

Creatividad e imaginación

Aunque el animal no responda con palabras, la persona interpreta sus gestos y los integra en un «diálogo» emocional. Esto, según los psicólogos, está muy relacionado con la creatividad y la imaginación. Muchas personas que hablan con sus mascotas también tienden a destacar en profesiones artísticas, escritura, música, diseño o en trabajos donde la imaginación y el pensamiento divergente son importantes.

Inteligencia social

Aunque parezca contradictorio, hablar con los animales está profundamente ligado a la inteligencia social, ya que, al entablar una «conversación» con una mascota,  la persona tiene que interpretar señales no verbales: la posición de las orejas, el movimiento de la cola, el nivel de tensión muscular, el tipo de maullido o ladrido, el ritmo respiratorio, entre otros.

Apego seguro

Desde la psicología del apego, se considera que las personas que hablan con sus mascotas disfrutan de un vínculo afectivo saludable. El apego seguro se caracteriza por: expresar afecto libremente, confiar en la disponibilidad del otro, manejar bien la soledad y no depender excesivamente del entorno para sentir estabilidad. Las mascotas actúan como un recordatorio constante de compañía, afecto incondicional y rutina, lo que mejora el bienestar emocional.

Sensibilidad hacia la naturaleza

No es raro que las personas que hablan con sus mascotas también sientan una conexión profunda con la naturaleza. Esta sensibilidad tiene raíces en la infancia en muchos casos (niños que crecieron rodeados de animales desarrollan una conexión más fuerte), pero también puede surgir en la edad adulta.

Manejo del estrés

Hablar con una mascota también es una herramienta de regulación emocional. La psicología clínica explica que verbalizar pensamientos y sentimientos ayuda a procesarlos, incluso cuando el interlocutor no responde. Esto tiene varios efectos: reduce la activación fisiológica del estrés, facilita la claridad mental, mejora el sentido de compañía y aumenta la resiliencia.

Conexión emocional

Una de las principales razones por las que las personas hablan con sus mascotas es que encuentran en ellas un espacio seguro, completamente libre de prejuicios. Los animales no juzgan, no cuestionan, no ridiculizan ni guardan rencor. Los psicólogos destacan que quienes hablan con sus mascotas suelen valorar: la autenticidad, la transparencia emocional, las relaciones honestas y la sencillez afectiva.

En otras palabras, buscan en sus relaciones un espacio donde poder ser ellos mismos sin miedo. Suelen ser personas emocionalmente maduras, capaces de expresar cariño sin barreras y de disfrutar de la compañía desde un lugar genuino.

Hablar con los animales ha sido durante años un comportamiento rodeado de prejuicios. Muchas personas lo han asociado erróneamente a la inmadurez, a la extravagancia o incluso a la soledad. Sin embargo, la psicología lo desmiente de forma categórica: lejos de ser una rareza, este hábito refleja algunas de las cualidades humanas más enriquecedoras y saludables.

Los expertos destacan que hablar con una mascota es una forma intuitiva de comunicación que nace de la necesidad de establecer vínculos significativos. Esta interacción permite interpretar señales no verbales, comprender estados emocionales ajenos y desarrollar habilidades sociales avanzadas.  Además, este tipo de comunicación activa áreas cognitivas relacionadas con la creatividad y la imaginación.

Por todo ello, la psicología lanza un mensaje claro: hablar con una mascota no solo fortalece el vínculo humano-animal, sino que también potencia habilidades cognitivas, favorece la salud emocional y mejora la calidad de vida.

Los animales aportan numerosos beneficios a los seres humanos, ya que su compañía evita el sentimiento de soledad y brinda seguridad emocional, además de aliviar la depresión al estimular el contacto físico y favorecer la liberación de oxitocina. Asimismo, aumentan la felicidad porque al jugar con ellos se incrementan serotonina y dopamina mientras disminuye el cortisol, lo que reduce el estrés de forma notable. También fomentan la responsabilidad, especialmente en niños, y mejoran la vida social al facilitar encuentros y conversaciones durante los paseos», detalla la Escuela Veterinaria Davante.