Mascotas
Perros

Lo que le va a pasar a tu perro por convivir con humanos: confirmado por los científicos

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El vínculo entre perros y humanos no es sólo una creencia popular, sino una realidad respaldada por la ciencia. Estos animales, cada vez más integrados en los hogares como un miembro más de la familia, reflejan el estado emocional de sus dueños. En este contexto, un equipo de científicos de la Universidad de Linköping, Suecia, realizó un estudio que demostró que los perros tienden a sincronizar sus emociones con las de sus dueños. Su estado emocional, ya sea de felicidad o estrés, se alinea con el de las personas con las que conviven.

Los investigadores encontraron que los niveles hormonales de los perros y sus dueños están relacionados, especialmente en razas de servicio, como los perros pastores. Este fenómeno parece ser resultado tanto de factores genéticos como de la convivencia diaria. Para llevar a cabo el estudio, los expertos evaluaron a 60 golden retrievers, analizando su comportamiento y ADN. Descubrieron que ciertas características genéticas influyen en la capacidad de los perros para empatizar con sus dueños. Con siglos de domesticación, los genes relacionados con la sociabilidad de los perros han evolucionado, transformándolos en animales más adaptados a la vida en familia.

Los perros están comenzando una nueva ‘fase evolutiva’

El vínculo entre humanos y perros es una de las relaciones más antiguas entre especies, evolucionando desde la primera domesticación de lobos hace entre 40.000 y 14.000 años. Estos lobos, menos temerosos y más dóciles, encontraron sustento cerca de los asentamientos humanos, iniciando una relación simbiótica. Con el tiempo, su comportamiento y biología cambiaron, resultando en animales que ofrecían protección y apoyo a cambio de alimento.

Durante milenios, los perros desempeñaron roles funcionales como cazadores, guardianes y pastores, siendo criados selectivamente para tareas específicas. Sin embargo, la Revolución Industrial marcó un punto de inflexión, transformando a los perros en símbolos de estatus y centrando su crianza en la apariencia más que en la funcionalidad.

En la actualidad, los perros han evolucionado para adaptarse a la vida urbana, desempeñando un rol como compañeros emocionales y miembros de la familia. Estudios sugieren que los perros modernos están mostrando adaptaciones biológicas y conductuales, como mayor sociabilidad y calma, necesarias para los estilos de vida contemporáneos.

Esta transformación, impulsada por la urbanización y las necesidades humanas cambiantes, está llevando a una «tercera fase de domesticación», en la que los perros evolucionan hacia una integración aún más profunda en nuestras vidas.

Cambios biológicos y psicológicos

A medida que las sociedades humanas se han vuelto más urbanas, los perros han pasado de ser trabajadores funcionales a miembros de la familia, desempeñando roles emocionales y sociales. Esta transformación, evidente en las últimas décadas, señala una nueva fase en su domesticación.

Investigadores como Brian Hare y Vanessa Woods destacan que los perros modernos están adaptándose a la vida urbana con mayores niveles de sociabilidad, temperamentos más calmados y una mejor capacidad para vivir en espacios cerrados.

La evolución de los perros afecta tanto a su comportamiento como a su biología. Cambios genéticos y hormonales, como el aumento de la oxitocina, refuerzan su vínculo con los humanos, facilitando la interacción y la dependencia mutua. Diversos experimentos han observado que los perros con niveles elevados de oxitocina buscan más apoyo de sus dueños en situaciones difíciles, lo que subraya su capacidad para comprender y responder a las emociones humanas.

La urbanización ha impulsado una selección artificial hacia perros más amigables y obedientes, aptos para entornos con estímulos constantes. Esta «tercera fase de domesticación» sugiere que los perros del futuro serán aún más integrados en la vida humana, con un enfoque en la sociabilidad y la inteligencia emocional. No obstante, esta evolución plantea retos éticos, como problemas de salud por la cría selectiva y la reducción de diversidad genética.

Tamaño del cerebro

Una reciente investigación cuestiona la idea de que la domesticación sea el único factor responsable de la disminución del tamaño cerebral en las mascotas, particularmente en los perros. El estudio, publicado en Biology Letters, utilizó un enfoque filogenético comparativo para examinar si el cerebro del perro doméstico es notablemente pequeño en relación con su tamaño corporal en comparación con otras especies de cánidos.

Aunque el cerebro de los perros domésticos son considerablemente más pequeños que los de sus ancestros, los lobos grises, el estudio investigó si esta reducción era excepcional dentro de un contexto evolutivo más amplio.

László Zsolt Garamszegi y Niclas Kolm analizaron datos de 25 especies de cánidos, incluyendo razas de perros genéticamente cercanas a sus ancestros. Sus resultados mostraron que la disminución cerebral en perros no es inusual entre los cánidos. Por ejemplo, el perro mapache común, que hiberna, presenta una reducción cerebral aún más pronunciada, probablemente vinculada a adaptaciones metabólicas.

El estudio concluye que, aunque la domesticación influye en la disminución cerebral, factores ecológicos como la hibernación también desempeñan un papel relevante. Este enfoque menos centrado en la domesticación podría enriquecer la comprensión de la evolución cerebral en mamíferos.