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El embarazo nervioso en tu perra

Una de las situaciones que hay que tratar en ocasiones con nuestra mascota hembra es la del embarazo nervioso. ¿Cómo debemos actuar?

  • Francisco María
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El embarazo nervioso forma parte de un proceso propio de los caninos. Se trata de un mecanismo de ‘ajuste’ de la especie, que capacita a las hembras para criar a la camada cuando la madre no esté presente por estar de caza o por muerte. Por ejemplo, las lobas hembras que acompañan a la alfa lo viven. De esta manera todas participan en la alimentación de los cachorros, asegurando la supervivencia de la especie.

En resumen, consiste en que el animal presenta los síntomas y signos del embarazo sin estar en estado. Esto producto del desajuste hormonal que se genera al atravesar la fase de diestro que sigue a la de celo o estro. Esta afección las lleva a creer que están gestando y bajo su influjo adoptan cachorros que no son suyos; en algunos casos llegan a tomar algunos objetos, como peluches.

Síntomas

Están relacionados con la prolactina que se produce en la fase de diestro. Se puede decir que esta hormona es el disparador de todo el mecanismo, es la responsable de los cambios físicos y psicológicos.

Entre los primeros síntomas están la alteración del apetito, cansancio, ganancia de peso, mamas que producen leche y contracciones uterinas. También el comportamiento se afecta: se ponen maternales, sufren variaciones constantes de humor, irritabilidad e intranquilidad.

Qué hacer en caso de un embarazo nervioso

El embarazo nervioso es parte de un proceso natural que no debe perjudicar la salud de la perra. Sin embargo, esto no quiere decir que no se pueda hacer algo para facilitar ese trance y evitar complicaciones. La primera medida a tomar: ir al veterinario.

Estos especialistas están capacitados para evitar que la mascota sufra innecesariamente una mastitis, quistes mamarios o infecciones uterinas. De igual manera, pueden indicar el tipo de dieta que facilite el control de la prolactina. Además, en la actualidad es posible diagnosticar y tratar los desajustes hormonales que produce la pseudogestación de una forma más amigable.

Un aspecto a considerar es la alta probabilidad de que esta circunstancia se repita de manera frecuente. Por lo que la esterilización es la solución definitiva para evitar los inconvenientes asociados. Así mismo, hay que entender que la hembra solo obedece a un mandato biológico.

Como está más sensible, el trato a nuestra amiga canina debe ser tolerante y afectuoso. Una estrategia que puede ayudar es mantenerla fuera de la casa en paseos prolongados y divertidos. De forma que se va rompiendo el apego a la cría adoptada que se queda en la casa.