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Diferencias entre animales domésticos y salvajes

A lo largo de la historia hemos visto animales domesticados por el hombre y otros en libertad. ¿Qué diferencias hay entre animales domésticos y salvajes?

  • Francisco María
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Nuestro planeta revela una extraordinaria biodiversidad en su fauna, que lamentablemente se encuentra en situación de riesgo. A lo largo de su historia, el hombre ha aprendido a convivir con algunas especies, e incluso a manipularlas, controlarlas y, en algunos casos, adiestrarlas. De esta compleja relación del hombre con la fauna, proviene la diferenciación entre animales domésticos y salvajes. Así mismo, no todas las diferencias entre estas especies se limitan exclusivamente a la interferencia humana.

¿En qué se diferencian los animales domésticos y salvajes?

Por definición, los animales salvajes se diferencian de los domésticos fundamentalmente por no haber sido domesticados por el hombre. Algo que, puede sonar como simple redundancia, pero que implica la comprensión de un proceso mucho más complejo.

¿De qué proceso hablamos? Pues, de la mismísima evolución… No es difícil identificar las diferencias en el aspecto y en el comportamiento de animales domésticos y salvajes, ¿verdad? Podemos diferenciar fácilmente un perro de un lobo, o un gato de cualquier otro felino, aunque sepamos que están relacionados.

La cuestión es que estas diferencias no simplemente aparecen de la noche para el día con el surgimiento de una nueva especie. Sino que son el resultado de un continuo proceso de adaptación, que involucra algunos cambios esenciales en la estructura genética de los individuos.

Este proceso de adaptación es precisamente la garantía de que la vida pueda irrumpir constantemente en nuestro planeta, aunque el medio y sus circunstancias varíen radicalmente. Y es por ello que cada ecosistema posee sus propias formas de vida, que están en constante transformación, a medida que su entorno nunca es exactamente el mismo con el pasar del tiempo.

Adaptación y domesticación: cuando el hombre modifica el medio

Se puede discutir mucho sobre los motivos, las intenciones y las consecuencias de la intervención humana en la naturaleza. Pero una cosa es cierta: una vez que el ser humano ha empezado a transformar su medio, ha cambiado no solo el rumbo de su evolución, sino también la de muchas otras especies.

A medida que el hombre fue creando entornos nunca antes vistos, los animales que ahí se encontraban también fueron expuestos a estos cambios. Y como la adaptación es la garantía de supervivencia para toda forma de vida, su organismo progresivamente debió incorporar estas “nuevas realidades” para garantir su subsistencia.

Solo entonces, empieza a tener sentido hablar de la diferenciación de animales domésticos y salvajes. Los primeros han experimentado (de forma más o menos voluntaria) un proceso de transformación genética para adaptarse a los entornos y condiciones de vida generados o modificados por el hombre. Los resultados de este proceso se muestran no solo a través de su aspecto, sino también (y quizás, principalmente en su comportamiento).

¿Por qué algunos animales fueron domesticados y otros no?

Los principios del proceso de domesticación siguen estando poco claros. Los lobos habrían sido la primera especie a acercarse voluntariamente al ser humano. Algo que se repetiría poco tiempo después con algunos gatos salvajes. En ambos casos, probablemente, hablamos de individuos más mansos o naturalmente más sociables.

Lo que parece estar claro es que dichos acercamientos solo fueron perpetuados porque significaban beneficios mutuos para las especies involucradas. Comida, protección y resguardo/refugio, probablemente fueron las claves para que se fomentara la construcción de un vínculo a partir de estos primeros acercamientos.

Al percibir su éxito, es probable que el propio hombre haya seleccionado algunas especies cuya crianza proporcionaban mayores ventajas y cuyo temperamento facilitaba la convivencia y adiestramiento.  De esta forma, algunos animales empiezan a criarse específicamente para la fabricación de comida, vestimentas, medios de transporte, caza, compañía, entre otros propósitos.