Más madrileño que San Isidro: el inesperado origen del refrán que usamos sin parar en España


Hay expresiones que, sin darnos cuenta, utilizamos casi a diario y que forman parte de nuestro lenguaje cotidiano. Una de ellas, sin duda, es «tirar la casa por la ventana». Pero, ¿alguna vez te has parado a pensar de dónde viene realmente este refrán? ¿Por qué asociamos este dicho con el despilfarro? Aunque muchos la usan sin detenerse a pensar en su historia, lo cierto es que esta expresión tiene un origen sorprendente y muy ligado a la ciudad de Madrid.
Para entender su verdadero sentido, hay que viajar en el tiempo, concretamente al siglo XVIII. La historia que esconde no sólo está relacionada con la celebración y el derroche, sino también con la esperanza de una vida mejor. Todo comenzó en el año 1763, cuando en se celebró el primer sorteo de la Lotería Nacional en Madrid, y el afortunado ganador hizo algo tan insólito como simbólico: lanzó todas sus pertenencias por la ventana. ¿La razón? Sentía que era la mejor forma de empezar de cero. Desde entonces, esta acción quedó grabada en la memoria popular y, con el paso del tiempo, se convirtió en una de las expresiones más utilizadas en toda España.
‘Tirar la casa por la ventana’, un refrán madrileño
En septiembre de 1763, durante el reinado de Carlos III, España estaba en plena transformación económica y social. Con el objetivo de aumentar los ingresos del Estado sin subir impuestos, se instauró un sistema de lotería inspirado en el modelo italiano. El objetivo era recaudar fondos para obras benéficas, hospitales y otras iniciativas públicas. La idea caló rápidamente entre la población, ansiosa de mejorar su suerte en una época marcada por las desigualdades.
La anécdota que dio vida al refrán «tirar la casa por la ventana» sucedió tras el primer sorteo oficial. El ganador, según relatan algunas crónicas orales y registros locales, lo celebró de una manera que dio mucho que hablar: abrió las ventanas de su casa y, uno a uno, fue arrojando muebles, ropas, utensilios y todo tipo de objetos. No lo hacía por locura ni por capricho, sino como símbolo de que dejaba atrás su antigua vida. Ya no necesitaba nada de lo que había acumulado en la pobreza; se sentía libre, nuevo, renacido. Así comenzó la leyenda.
Este acto llamó la atención de todos los vecinos de su barrio y pronto se propagó por la ciudad. La imagen de aquel hombre desprendiéndose de todo lo viejo para empezar de cero quedó grabada en la memoria colectiva. Desde entonces, «tirar la casa por la ventana» no sólo describe un acto de gasto desmedido, sino también una forma de señalar una transformación radical, un «borrón y cuenta nueva» a lo grande.
Otras expresiones populares
Madrid ha sido siempre un hervidero de dichos, refranes y expresiones que luego se han extendido al resto del país. Desde tiempos del Siglo de Oro, los madrileños han tenido un don especial para jugar con las palabras y reflejar con humor y picardía los acontecimientos cotidianos.
Uno de los más conocidos es «de Madrid al cielo», una frase cargada de orgullo que resume en pocas palabras lo que muchos sienten por la capital. Su origen se remonta al siglo XVIII, y aunque su versión completa es «De Madrid al cielo, y en el cielo un agujerito para verlo», se ha popularizado su forma abreviada. Con ella, los madrileños expresan que, después de haber vivido o visitado Madrid, ya no hay nada mejor.
En la misma línea, se encuentra el dicho «más chulo que un ocho». Esta expresión tiene una curiosa procedencia: hace referencia al tranvía número ocho, que antiguamente conectaba el barrio de Chamberí con el centro. Los viajeros que lo cogían, especialmente los jóvenes del barrio, solían vestir con cierto aire provocador y presumido, lo que dio pie a identificar esa actitud con la palabra «chulo». Así, alguien «más chulo que un ocho» es una persona descarada, con seguridad excesiva o aire de superioridad, aunque a menudo con cierto encanto.
Por otro lado, el refrán «estás más perdido que un pulpo en un garaje» puede que no sea exclusiva de Madrid, pero se escucha con frecuencia en el habla coloquial de la capital. Su gracia reside en la imagen absurda que propone, y se utilizapara describir a alguien desorientado, fuera de lugar o confundido en una situación concreta. Es uno de esos dichos modernos que, sin perder el espíritu tradicional, han encontrado su espacio en la conversación madrileña actual.
Finalmente, «das más lata que Cascorro» es una expresión muy madrileña que se usa para describir a alguien insistente, pesado o incansable. Su origen se remonta a Eloy Gonzalo, conocido como el héroe de Cascorro por su valentía durante la guerra de Cuba, donde arriesgó su vida en una misión casi suicida. Su persistencia quedó tan grabada en la memoria colectiva que dio lugar a este dicho popular.
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