Investigación

Sandro Rosell es reubicado en Soto del Real con González y Díaz Ferrán tras el ingreso de los Jordis

La llegada de ‘los Jordis’ a la prisión madrileña de Soto del Real ha obligado a la dirección de la cárcel a realizar algunos movimientos internos de presos ‘VIP’ en el centro penitenciario. El expresidente del F.C. Barcelona, Sandro Rosell, ha sido trasladado al módulo 10 (módulo de estudiantes) junto al expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González y el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.

La titular del Juzgado Central de Instrucción nº 3 de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, decretaba el pasado lunes el ingreso en prisión incondicional sin fianza para los presidentes de ANC y Omnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, por un delito de sedición penado con hasta 15 años de cárcel.

Sánchez y Cuixart están acusados de promover las algaradas callejeras del pasado 20 y 21 de septiembre en las calles de Cataluña dificultando la labor de la comisión judicial encargada de investigar la organización del referéndum ilegal del 1 de octubre, en el marco de la denominada ‘Operación Anubis’ contra altos cargos de la Generalitat catalana.

El presidente de ANC ha ingresado en el módulo 1, mientras el presidente de Omnium Cultural ha hecho lo propio en el módulo 4. Son espacios carcelarios muy tranquilos en los que hay presos primarios, es decir que han delinquido por primera vez. También algunos reos de edad más avanzada o de segundo grado. A ninguno de ‘los Jordis’ se les ha aplicado el protocolo de prevención de suicidio y a los dos se les sometió a los trámites habituales que se llevan a cabo para el ingreso en prisión.

Como consecuencia de esta nueva entrada de presos ‘VIP’ a la cárcel, el expresidente del F.C. Barcelona, Sandro Rosell, que se encontraba en el módulo 1 ha sido trasladado al nº 10 para no coincidir con el presidente de la Asamblea Nacional Catalana. Quizá para evitar un posible «eje independentista» en la prisión entre Sánchez y Rosell.

Mientras, en el módulo 10, conocido como el módulo de estudiantes, al expresidente del Barça le aguardan nada más y nada menos que dos de los presos más conocidos de Soto del Real: Ignacio González y Gerardo Díaz Ferrán. Los tres convivirán juntos a partir de ahora.

Éste módulo es uno de los más codiciados y deseados por los presos ya que “está concebido para internos que deciden estudiar durante su estancia en prisión”. En él, existen diversos convenios de colaboración en materia educativa, incluso para estudiar grados universitarios con la Universidad Nacional de Educación a Distancia, UNED, y además los reos cuentan con una serie de privilegios respecto al resto.

Para ser trasladados al citado «módulo de estudiantes», los presos se deben comprometer a obedecer las normas de convivencia y la disciplina de grupo, acudir a los programas de desintoxicación o formación, mantener una buena relación con sus compañeros, acatar sus responsabilidades, cuidar de su higiene personal así como de la limpieza de su entorno.

Por otro lado, Jordi Pujol Ferrusola era trasladado recientemente al módulo 8, un espacio carcelario más duro que en el que se encontraba, tras ser pillado ‘in fraganti’ trapicheando con tarjetas telefónicas. La dirección del centro penitenciario haciendo cumplir lo establecido en el reglamento de régimen interno decidía así retirarle los privilegios reservados a los reclusos que se portan bien y que les permiten tener una estancia más agradable en la cárcel.

Antaño, Jordi Pujol Jr. y Sandro Rosell llegaron a coincidir en el módulo 4 que fue rebautizado por los propios presos y funcionarios de prisiones como «la Masía o Can Barça». Ambos coincidían a diario en las instalaciones y salas de este módulo como el comedor o el patio.

Los presos ‘VIP’ de la prisión madrileña de Soto del Real.

Petición de traslado del líder de ANC

Aunque todavía no ha cumplido una semana en sus módulos carcelarios, el presidente de la ANC, Jordi Sánchez, ya ha solicitado a un funcionario de prisiones su traslado a otro módulo, la razón, un preso le había gritado «Viva España».

El trabajador de la prisión le explicaba que en el módulo donde se encuentra no hay problemas para su seguridad y, por tanto, no había motivos para trasladarle a otro espacio de la cárcel madrileña de Soto del Real.