Sánchez miente: Fernández y Rubalcaba pactaron para que Villarejo no declarara en el Congreso sobre las cloacas

José Manuel Villarejo
José Manuel Villarejo. (Foto: EFE)

El presidente Pedro Sánchez una vez más miente: Jorge Fernández Díaz y Alfredo Pérez Rubalcaba sellaron a comienzo del 2017 un pacto secreto para que el ex comisario José Villarejo no compareciera en la Comisión de Investigación del Congreso de los Diputados sobre la falsa «policía política» que se inventaron Podemos y Roures, según ha podido saber OKDIARIO de una fuente próxima a Mariano Rajoy.

Las primeras negociaciones por parte socialista fueron gestionadas por Rubalcaba, aunque hacía años que había abandonado la secretaría general en Ferraz y su escaño en el Congreso, hasta que Pedro Sánchez cogió el timón tras ganar las primarias el 21 de mayo de 2017.

Los dos ex ministros del Interior del PP y del PSOE recibieron instrucciones directas de Rajoy –entonces presidente del Gobierno– y de Pedro Sánchez –secretario general de los socialistas– para impedir que Villarejo abriera en el Congreso la caja de Pandora de los grandes escándalos y de los secretos de Estado de los últimos 30 años. Sobre todo, porque los trabajos de Villarejo en la trastienda afectaban por igual a los gobiernos de Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y del propio Rajoy.

Sánchez ha mentido al menos en dos ocasiones en los últimos días cuando le han preguntado por Villarejo y las cloacas policiales. El candidato socialista ha intentado desviar la atención con embustes. Primero, cuando en una entrevista en La Sexta ha afirmado sin ruborizarse que su partido se había opuesto a la comparecencia del ex comisario porque estaba en la cárcel y el Juzgado Central de Instrucción número seis investigaba su caso en la Audiencia Nacional.

Villarejo no estaba en la cárcel

Y segundo, cuando en un mitin en Vigo ha afirmado que piensa llegar «hasta las últimas consecuencias» para dirimir responsabilidades con la «policía patriótica». El presidente mantiene que, tras la moción de censura, con su llegada al Gobierno «las cloacas» desparecieron.

Los datos incuestionables demuestran que Sánchez vuelve a mentir porque cuando Podemos y otros partidos solicitaron en mayo de 2017 la comparecencia de Villarejo en la Comisión que investigaba la supuesta ‘Operación Cataluña’ y la conocida como «policía patriótica» -términos acuñados por la formación morada y el millonario de la comunicación Jaume Roures- el ex comisario estaba en libertad y no tenía abierta ninguna causa en la Audiencia Nacional. Sólo lo investigaban en secreto la Fiscalía Anticorrupción y la Unidad de Asuntos Internos de la Policía.

Entonces, tras las negociaciones secretas entre Rubalcaba y Fernández, tanto el PSOE como el PP se opusieron a la colaboración del ex comisario en la Comisión de Investigación.

Sánchez miente porque Villarejo no ingresó en prisión hasta la primera semana de noviembre de 2017. La votación en el Congreso se producía también mucho antes de que Villarejo concediera una entrevista a Évole en Salvados y a OKDIARIO, en junio de 2017.

En ambas entrevistas periodísticas Villarejo atacó directamente al director del CNI Félix Sanz Roldán, a quien acusaba de amenazar a la ex compañera sentimental del Rey Emérito, la danesa Corinna Sayn-Wittgenstein, y dio a entender que estaba dispuesto a desvelar los grandes secretos de la corrupción política y económica de los últimos años. Esas declaraciones fueron el detonante que lo llevó a prisión.

Trabajos en la clandestinidad

Cuando Villarejo hizo esas declaraciones incendiarias, en el verano de 2017, el PP y PSOE ya habían llegado a un acuerdo para que el comisario no pisara la moqueta de la Comisión de Investigación del Congreso, porque estaba dispuesto a desvelar información sobre sus trabajos policiales en la clandestinidad.

Se daba la circunstancia de que los ex ministros del Interior, Rubalcaba y Fernández, que sellaban el pacto eran los dos con quienes Villarejo había tenido mayor empatía. Con Rubalcaba, el comisario tenía plena libertad para entrar y salir sin necesidad de concertar una cita previa del despacho del director operativo de la Policía, el DAO Miguel Ángel Fernández Chico. Y con el equipo policial socialista participó en algunas investigaciones de dudosa legalidad en los casos Faisán, 11-M, Gürtel o el ático de González.

Con Fernández Díaz disfrutó de la misma impunidad para moverse por los pasillos de la Secretaría de Estado y de la Dirección de la Policía, en la que desarrollaba tareas de información y de agente encubierto dependiendo directamente del número uno del Cuerpo Nacional de Policía, Eugenio Pino.

Otro ‘no’ a las cintas de Corinna

La incomparecencia de Villarejo también sirvió para frenar la de otros dos altos cargos policiales del equipo de Fernández Díaz: el director adjunto Operativo (DAO), Eugenio Pino, y su jefe de Gabinete, Fuentes Gago.

PSOE y PP -con la ayuda de Ciudadanos- se opusieron por segunda vez, un año después, a finales de 2018, ya con Sánchez en La Moncloa, a un nuevo intento para que Villarejo compareciera en la Comisión de Investigación.

Entonces Villarejo ya estaba entre rejas, pero aún así comunicó que estaba dispuesto a asistir si lo trasladaban desde prisión. La Mesa del Congreso rechazó la presencia del ex comisario en el edificio de la Carrera de San Jerónimo. Los podemitas pretendían que Villarejo explicara las «diversas tramas de corrupción a todos los niveles de las que pueda tener conocimiento». Pero Sánchez una vez más se opuso.

Los tres mismos partidos PP, PSOE y Ciudadanos también se negaron a que una comisión de investigación solicitada por Unidos Podemos investigara las grabaciones de una conversación en Londres entre la princesa Corinna Sayn-Wittgenstein y el propio Villarejo, que involucraban al rey Juan Carlos en supuestas irregularidades. La Mesa del Congreso desestimó la petición alegando la inviolabilidad constitucional del Rey Emérito.

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