El directivo de ‘El País’ que ‘criminaliza’ ahora a otros periodistas publicó el Informe Pisa en la ‘Ser’ en 2016
José Manuel Romero-Salazar, el directivo de El País que ‘criminaliza’ ahora a un grupo de periodistas por desvelar hace tres años las investigaciones policiales sobre la financiación irregular de Podemos, fue el primero en publicar en su totalidad el conocido como Informe PISA (Pablo Iglesias S.A.) en la cadena SER cuando era director de Informativos de la emisora de Prisa, la misma que edita el periódico fundado por Polanco.
La página web de la emisora fue la primera en reproducir íntegramente, el 14 de marzo de 2016, las cuarenta páginas del dossier elaborado por la UDEF sobre el dinero recibido por Iglesias de las dictaduras de Venezuela e Irán.
Romero-Salazar ocupaba el cargo de responsable de los Informativos desde septiembre de 2015, puesto en el que se mantuvo hasta junio de 2018, que regresó al diario con la categoría de adjunto a la recién nombrada directora, Soledad Gallego-Díaz.
Romero-Salazar, de 55 años, fue trasladado en 2015 a la SER como director de Informativos, según fuentes internas de Prisa, principalmente para controlar la información de cara a las elecciones generales de aquel año, en las que se presentaba por primera vez Pedro Sánchez encabezando la lista del PSOE.
De la entonces exclusiva de la Ser…
El 14 de marzo de 2016 la SER titulaba su exclusiva: «El informe PISA (Pablo Iglesias S.A.) de la UDEF sobre Podemos (I)». Añadía un subtítulo: «Consulta el informe completo». Y reproducía todas las páginas del dossier, identificándolo con una marca de agua con el logotipo de la emisora: «SER».
La información destacaba otro titular: «La Policía denuncia ante el Tribunal de Cuentas posibles delitos electorales, fiscales, de blanqueo y de financiación ilegal de Podemos».
La emisora insistía: «En el informe/denuncia, al que ha tenido acceso la Cadena SER, el jefe de la UDEF denuncia que la empresa 360º Global Media, que recibe transferencias de dinero de cuentas bancarias situadas en paraísos fiscales o en países de riesgo de estar vinculados a la financiación del terrorismo, como Irán, paga a productoras de contenidos vinculadas de forma subjetiva, objetiva y temporal al partido Podemos».
Y destacaba la derivación de las investigaciones a «los posibles delitos de blanqueo de capitales y financiación ilegal en los que podría haber incurrido Podemos».
También recogía un apartado del dossier en el que se denuncia «ayudas de IU, de Sortu y del empresario Jaume Roures a los proyectos de Pablo Iglesias o por distintos trabajos audiovisuales».
…a cómo lo ve ahora Romero en ‘El País’
Tres años después, el mismo periodista Romero-Salazar muda la piel y el pasado 6 de abril publica un artículo con su firma pero sin interés informativo, al que la dirección de El País dedica parte de la portada y dos páginas interiores en la edición del domingo día 7 -la de mayor audiencia-, concebido exclusivamente para destripar a un grupo de profesionales de la competencia.
Romero-Salazar escribía que «la búsqueda de pruebas inculpatorias -sobre Podemos o independentistas- coincidía con periodos electorales… de modo que la divulgación de estos informes -muchos de ellos con datos falsos- hicieran el mayor daño posible».
El adjunto a la directora de El País obtuvo el premio Ortega y Gasset -paradójicamente concedido por la misma Prisa- por sus informaciones sobre la Gürtel. Él y El País publicaron cientos de artículos que perjudicaban al PP, que se difundieron en periodos electorales, que incluían falsedades como que «Luis el Cabrón» era Luis Bárcenas u otros ‘patinazos’ policiales sobre Álvarez-Cascos o Javier Arenas.
Romero-Salazar acusaba a los periodistas, basándose en informes policiales reservados -privilegio que recrimina cuando lo consiguen otros- de la Unidad de Asuntos Internos, de participar en una trama con «pagos u otro tipo de contraprestaciones vinculados a noticias relacionadas con proyectos de intoxicación informativa, filtración de datos reservados o manipulación mediática».
Resulta sorprendente cómo Romero manipula la información sobre otros compañeros de profesión porque en el Informe PISA, que él reproducía en la SER, como se refleja en la imagen de esta página, aparecía destacada la inscripción: «Secreto».
El colmo del cinismo se sublima cuando Romero y El País se ponen de perfil, y como si no fuera con ellos, mantienen: «El 16 de enero de 2016, OKDIARIO y El Confidencial difundieron la supuesta financiación ilegal de Podemos con dinero iraní que la UDEF investigaba desde días antes de las elecciones».
¿No afirmaba El País que las informaciones coincidían con periodos electorales? Pues los datos sobre Podemos se difundían, según el propio diario, después de la jornada electoral del 20 de diciembre de 2015.
Los titulares de Prisa sobre Podemos
Pero El País y Romero ya habían quedado retratados en 2016 cuando un medio de tendencia republicana próximo a Podemos -Tercera Información- se quejaba de que el diario de Prisa hubiera silenciado en sus ediciones el archivo por la Justicia de la causa contra Pablo Iglesias y Errejón por «financiación ilegal» de la formación morada. La publicación señalaba: «Atrás quedan…… muchas portadas impresas que contribuyeron a una campaña de acosos y derribo… El País contribuyó con titulares como ‘La Fundación relacionada con Podemos cobró 3,7 millones de Chávez en 10 años’, ‘Las pistas falsas de Podemos’, ‘Pablo Iglesias ha justificado sin inmutarse su decisión de colaborar con el régimen teocrático de Irán’, ‘El Tribunal de Cuentas examinará la denuncia policial contra Podemos’, pero ni ayer ni hoy informa de que el Tribunal Supremo ha tumbado la querella contra Podemos y desacreditado el inconsistente informe PISA».
El periodista de El País responde a OKDIARIO que fue él quien autorizó en la SER la publicación del Informe PISA, pero añade una excusa absurda y antiperiodística, que se asemeja más a la labor de un notario que a la de un profesional de la comunicación: «Sólo cuando se presentó en el Tribunal de Cuentas como una denuncia firmada por el comisario jefe de la UDEF, Manuel Vázquez, se presentó en la web de la SER con la denuncia firmada y sellada».
Y el adjunto a la directora del diario de Prisa aclara: «A diferencia de las informaciones de OKDIARIO que siempre hablaban de informes policiales que nunca habían sido presentados ante los tribunales y la fiscalía».
Pero ese no fue el método que se aplicó Romero durante años en sus trabajos sobre el caso Gürtel, el espionaje político en la Comunidad de Madrid o sus estrambóticas informaciones sobre este medio.
Es cierto que OKDIARIO publicó con anterioridad informaciones pertenecientes al dossier policial, pero una vez verificadas y contrastadas en fuentes policiales, siguiendo las pautas elementales del periodismo. No se refirió al Informe PISA, que consiguió la SER en exclusiva, ni volcó en sus páginas el contenido íntegro de las pesquisas policiales, que estaban calificadas de «secretas». Esa fue la tarea de la emisora de Prisa, que ahora denigra a otros profesionales por hacer correctamente su trabajo.
Según fuentes internas de El País, el único objetivo del artículo de Romero era denostar y desacreditar a OKDIARIO y a varios periodistas que, como Romero, habían reproducido contenidos del Informe PISA u otras noticias que afectaban a Podemos o grupos independentistas.
La misma fuente de Prisa desveló a OKDIARIO: «Desde que Romero es adjunto al director de El País no se ha prodigado en la elaboración de artículos tan extensos, pero todos sabemos que su único objetivo era machacar a unos periodistas porque ese era el interés de otros».
Curiosamente la supuesta exclusiva de Romero y El País era publicada días después de que OKDIARIO desvelara con documentos que el CNI y su director, Félix Sanz Roldán, habían diseñado una operación secreta en Mónaco, financiada con fondos reservados, para robar a Corinna Sayn Wittgenstein los documentos confidenciales que guardaba del Rey Emérito.
Romero-Salazar, que ha sido profesor de la Escuela de Periodismo de El País y ganador del premio Ortega y Gasset, en cambio, no se reprime a la hora de calificar al Tribunal Supremo de falta de imparcialidad y de “prevaricador” tras la condena que apartó al juez Baltasar Garzón de la Audiencia Nacional. En un artículo publicado en 2012 afirmaba: «Alguien se podría preguntar si los siete magistrados del Supremo sabían, cuando estaban dictando la sentencia condenatoria, que se trataba de una resolución injusta a sabiendas. En ese caso, alguien podría pensar que se trata de la primera condena prevaricadora de la historia”.
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