REINO UNIDO

La segunda ciudad del Reino Unido, en manos socialistas, se declara en quiebra

Tom Cotton es el alcalde de Birmingham
Tom Cotton es el alcalde de Birmingham

El Ayuntamiento de Birmingham, la segunda ciudad más poblada del Reino Unido después de Londres y gobernada por la izquierda laborista, se ha declarado en quiebra tras acumular una enorme deuda por el pago de indemnizaciones por discriminación salarial.

Esa es la explicación oficial pero la realidad es que a pesar de que la ciudad tiene más de 1 millón de habitantes, no se corresponde su tamaño con la descomunal dimensión del consistorio: 1o1 concejales, a razón de 10.000 habitantes por concejal, mientras en otras ciudades como Madrid la proporción es de un concejal por cada 60.000 habitantes.

En total, más de 5.000 empleadas del Ayuntamiento, sobre todo asistentes, limpiadoras y trabajadoras auxiliares, demandaron en 2010 al consistorio ante los tribunales por cobrar menos que los hombres. La justicia les dio la razón en 2012 y desde entonces el consistorio ha tenido que abonar más de 1.200 millones de euros en concepto de igualdad salarial.

El ayuntamiento, gobernado por el alcalde socialista John Cotton, ha reconocido que tiene un déficit de más de 100 millones de euros y que no puede afrontar los casi 900 millones que le quedan por pagar de dicho concepto.

En un comunicado, ha anunciado que «no dispone de recursos suficientes para garantizar la igualdad salarial ni tiene capacidad para asumir esa obligación». El gobierno central, liderado por el primer ministro conservador, Rishi Sunak, ha descartado rescatar al ayuntamiento y se ha limitado a expresar su «preocupación» por los habitantes de Birmingham.

Aumento de los gastos sociales

De acuerdo con el alcalde de la ciudad, «con unos gastos sociales cada vez más elevados y el aumento de la inflación, ayuntamientos como el nuestro sufren desafíos financieros sin precedentes».

El consistorio ha decidido paralizar todos los gastos nuevos que no sean imprescindibles y ha asegurado que solo mantendrá la inversión necesaria para atender a las personas más vulnerables y otros servicios obligatorios.

Según el alcalde, se trata de una «medida necesaria» para sanear la situación. No obstante, culpó también la financiación que recibía de los gobiernos conservadores desde hace trece años y la crisis del coste de la vida.

El presupuesto de los ayuntamientos del Reino Unido está formado de los ingresos procedentes de los impuestos locales que pagan los ciudadanos y empresas, pero también de una aportación del Estado que se ha recortado considerablemente, sobre todo por las políticas de austeridad de la década de 2010.

Algunos medios de comunicación británicos destacan que el problema de Birmingham podría repetirse en otras ciudades. Antes de Birmingham, el distrito londinense de Croydon y la ciudad de Thurrock, al este de la capital, se acogieron a la quiebra hace un año.

Según una investigación de la BBC, hay un gran déficit presupuestario en las cuentas de los ayuntamientos del Reino Unido. Sus datos muestran que la previsión de déficit para 2025 y 2026 ha crecido un 60% . Esta misma semana, el consistorio de Stoke-on-Trent, a unos 70 kilómetros de Birmingham y también en manos de la izquierda, ha reconocido estar al límite de la bancarrota.

«El gobierno central ha permitido que los ayuntamientos vivan al límite […] durante demasiado tiempo», dijo Jonathan Carr West, director de la Local Government Information Unit, una asociación que asesora a los colectivos municipales. «Birmingham es el ayuntamiento más importante hasta ahora en acogerse a la quiebra, pero si algo no cambia, no será el último», alertó.

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