Internacional

El régimen sirio acusa a los rebeldes de envenenar el agua de Damasco

Las autoridades sirias acusaron este domingo a «grupos terroristas», la expresión con la que se refieren a los rebeldes, de envenenar el agua de Damasco de forma deliberada. El Gobierno de Bashar al Asad cortó el viernes el suministro de agua potable a la capital, tras afirmar que grupos rebeldes habían envenenado pozos y tuberías.

La compañía de aguas de Damasco aseguró en un comunicado que detuvo el suministro a raíz de «ataques terroristas en todas las fuentes de agua que alimentan» la capital y sus alrededores. «Cortaron el agua hace tres días», dice Rasha, ama de casa de 51 años. «Podemos vivir sin electricidad, pero no podemos vivir sin agua».

Para hacer frente a la penuria, la compañía de aguas indicó que bombearía agua en distintos barrios de la ciudad, con arreglo a un plan publicado en su página web.

El sábado abrió el suministro hacia dos distritos de Damasco, informaron corresponsales de AFP, pero los depósitos volvían a estar vacíos este domingo.

La agencia estatal SANA acusó a grupos rebeldes de envenenar manantiales en Wadi Barada y Ain Al Fijeh, a unos 15 kilómetros al noroeste de Damasco, sin especificar con qué productos. El diario progubernamental Al Watan dijo, por su parte, que la contaminación se llevó a cabo con gasóleo.

Casi 5 millones de personas viven en la capital y sus alrededores. La ciudad quedó bastante al margen de la guerra siria, aunque varias facciones rebeldes conquistaron territorios en la provincia de Damasco.

Los cortes de agua coinciden con una ofensiva de las fuerzas gubernamentales, que llevan varios días bombardeando Wadi Barada y Ain al Fijeh, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

La ONG con sede en Gran Bretaña aseguró que las fuerzas del régimen atacan la zona «para forzar a facciones rebeldes islamistas y al Frente Fateh al Sham (que fue la rama siria de Al Qaida) a aceptar un acuerdo de reconciliación».

En los últimos meses, el régimen de Al Asad logró reconquistar varias localidades rebeldes en los alrededores de Damasco con esos «acuerdos de reconciliación», que prevén la salida de los insurrectos y de sus partidarios hacia la provincia de Idlib (noroeste), que todavía está bajo su control.