Mueren otros cuatro opositores en Nicaragua por la violencia de los paramilitares de Ortega
Nicaragua sigue sumida en el caos y la violencia desde el 18 de abril. En una nueva jornada sangrienta, cuatro personas más han muerto este martes tras el ataque de las fuerzas paramilitares y de la Policía Nacional de Daniel Ortega contra la población del barrio indígena de Monimbó, en la ciudad opositora de Masaya.
Este martes, más de un millar de hombres fuertemente armados con ametralladoras entraron disparando a mansalva en Masaya, una ciudad de 100.000 habitantes, según han informado los testigos.
Tras el brutal ataque y después de varias horas de combate desigual, las fuerzas del presidente Daniel Ortega han recuperado el control de la combativa ciudad opositora.
La Asociación Nicaragüense Por Derechos Humanos (ANPDH) ha asegurado que al menos cuatro personas, entre ellas tres civiles y un agente de Policía, han perdido la vida tras otro día de enfrentamientos.
Por su parte, el obispo auxiliar de la Diócesis de Managua, Silvio Báez, ha denunciado el ataque y ha asegurado que la Comisión de Verificación y Seguridad están solicitando el ingreso a la zona.
El arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes también ha llamado a la población a resguardarse en sus hogares o en lugares seguros para evitar más muertos.
La ola de violencia se inició alrededor de las 06:00 de la mañana, cuando grupos de encapuchados empezaron a sitiar la ciudad de Masaya desde diferentes puntos. Las campanas de las iglesias sonaron para alertar a los pobladores del ataque.
Las trincheras y barricadas levantadas por los manifestantes habían resistido varios ataques anteriores; sin embargo, este martes fueron tomadas por los paramilitares, después que los monimboseños soportaron por unas cinco horas la refriega con sus bombas artesanales ante hombres con armamento de guerra.
Los paramilitares, cubiertos sus rostros y uniformados con camisetas azuels, fueron avanzando sobre las calles de Monimbó mientras reían y gritaban: «Llegaron los azules», según informa el rotativo local ‘La Prensa’.
La refriega terminó cerca del mediodía, mientras los armados ganaban terreno bajo la excusa de ejecutar la «operación limpieza», que ha dejado más de 300 muertos en todo el país.
Álvaro Leiva, secretario de la ANPDH, ha declarado que el oficial de la Policía Nacional Kevin Javier Rivera ha fallecido en el barrio de Monimbó tras recibir un disparo en la cabeza, según ha recogido el diario local ‘La Prensa’.
Algunos de los heridos aún no han podido ser trasladados a los centros improvisados y temen que les lleven al hospital Humberto Alvarado, ya que es el centro al que son trasladados los agentes de Policía heridos.
«No pudimos llevar a los muchachos heridos. Está complicada la ruta de emergencia. Hay varios que han recibido disparos, porque están disparando a cualquier parte sin importar los niños y ancianos», ha señalado un ciudadano, según ha recogido ‘La Prensa’.
«La situación está muy difícil en Monimbó. Hay varios heridos, pueden fallecer desangrados. Que nos ayuden por favor», ha aseverado.
Las fuerzas policiales y paramilitares a favor del Gobierno del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, continúan desde la mañana de este martes en el barrio de Monimbó. Mientras, la población se esconde de los ataques en sus hogares.
Tres meses de enfrentamientos
Más tres meses de enfrentamientos entre partidarios de Ortega y manifestantes que piden su dimisión han dejado tras de sí más de 300 muertos, de acuerdo con grupos de derechos humanos, sumiendo al país centroamericano en su mayor crisis política desde el triunfo de la revolución sandinista hace cuatro décadas.
La acción de las fuerzas gubernamentales forma parte de la llamada «operación limpieza» que se inició semanas atrás para desalojar de las calles a los manifestantes que exigen la salida del poder de Ortega, un ex guerrillero izquierdista de 72 años que gobierna el país desde 2007.
La policía tiene «el compromiso de limpiar los tranques (bloqueos de vías) a nivel nacional al costo que sea», ha dicho horas antes de los ataques el jefe de la Policía de Masaya, Ramón Avellán.
La comunidad internacional ha aumentado esta semana su presión sobre el Ejecutivo de Ortega para que cese la represión, ponga fin a la oleada de violencia y convoque elecciones como reclaman los manifestantes.
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