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Marruecos releva al equipo de confianza de su embajadora en España

Las relaciones entre España y Marruecos están a punto de dar el mayor giro de los últimos años. Después de las maltrechas relaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez desde prácticamente 2018 y agudizadas el pasado año tras la entrada a escondidas del líder del Polisario, Brahim Ghali y la avalancha migratoria en Ceuta, el país vecino es consciente de que con la representación diplomática actual los problemas siguen enquistados. Por ello, ha iniciado un proceso de relevos que afecta de lleno al equipo de confianza de la actual embajadora, Karima Benyaich, personas que incluso la acompañan desde sus tiempos como embajadora en Portugal.

Se trata de los consejeros, Ibrahim Khalil Alaoui y Mohamed Amine Tekaia, sus personas de confianza, que llegaron en 2018 a la legación marroquí, el primero de ellos cuatro meses antes para preparar su misión. A la inminente salida de los dos diplomáticos mencionados se suma la del encargado de Negocios, número dos en la embajada, Farid Oulhaj aunque su marcha se produce al haberle llegado la edad de jubilación.

No son buenos momentos para la embajadora de Marruecos en España, ausente de la representación diplomática alauí desde hace nueve meses tras la avalancha de miles de inmigrantes a la playa del Tarajal en Ceuta. De hecho, desde el reino de Marruecos asumen una parte de responsabilidad en los problemas con España. Por ejemplo, fuentes diplomáticas señalan que los ataques al Gobierno español por parte de la embajadora a través de la prensa se consideran “muy inoportunos” así como sus constantes amenazas al Ejecutivo con avalanchas migratorias. En ese sentido, Benyaich ya dejó entrever que el asalto a Ceuta formaba parte de la represalia marroquí tras el escándalo del ingreso hospitalario con identidad falsa del líder saharaui, Brahim Ghali.

Sus declaraciones fueron consideradas “poco diplomáticas” y “agresivas”, señalan fuentes de Exteriores. De hecho, tanto en España como en Marruecos no es costumbre que los embajadores utilicen la prensa para arremeter contra el país que les acoge.

A ello hay que añadir los problemas con algunas de las oficinas consulares en España, como es el caso de Tarragona, donde los aparentes problemas de coordinación con la embajada han llegado al Ministerio de Asuntos Exteriores. La actual ausencia de relaciones entre Marruecos y España ha propiciado que la diplomacia argelina, vecino enemistado del reino alauita, haya acelerado la máquina para entablar mejores contactos, reuniones bilaterales y conversaciones con el Gobierno español, hecho que no ha pasado desapercibido para el Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí.

Familia diplomática

Karima Benyaich forma parte de la poderosa familia marroquí Benyaich-Baraka que ha tenido a varios de sus integrantes como embajadores en España. Por ejemplo, su primo Abdeslam Baraka fue embajador y llamado a consultas durante 15 meses hasta febrero de 2003 tras la crisis de Perejil. Años más tarde le sucedió el propio hermano de la actual embajadora, Fadel Benyaich, máximo representante diplomático en Madrid hasta 2018.

Todos ellos son conocidos por vanagloriarse ante el Gobierno marroquí de sus excelentes relaciones con líderes políticos españoles. Sin embargo, ahora se le achaca a la todavía embajadora su poca eficacia con su red de contactos, así como su “nula capacidad de ganar nuevos amigos para Marruecos en España”, indican las mismas fuentes de Exteriores.

Los contactos actuales de la embajadora están limitados a la vieja guardia del expresidente Rodríguez Zapatero, como son los casos de María Teresa Fernández de la Vega y Carmen Calvo, esta última justamente aparentemente detrás de la operativa del caso Ghali junto a la exministra de Exteriores, González Laya. Ante ellas, Benyaich presumía no pocas veces de su proximidad al monarca Mohamed VI, incluso llegó a decir que jugaba habitualmente al fútbol con él o que gracias a su padre el rey marroquí Hasán II sobrevivió a un magnicidio en 1971 en Sjirat.