Internacional
Papa León XIV

León XIV advirtió hace siete años en Texas que la inmigración descontrolada es un «problema mundial»

"Es un problema enorme, y es un problema mundial, no solo en este país", dijo durante una homilía en Texas

El Papa León XIV, antes de ser elegido como máximo dirigente de la Iglesia Católica, expresó con claridad su preocupación por el fenómeno migratorio internacional, calificándolo como un «problema enorme» y de carácter «mundial». Estas contundentes declaraciones tuvieron lugar el 8 de julio de 2018 en la Iglesia de St Austin, Texas, cuando el entonces cardenal Robert Prevost abordaba una de las cuestiones más polémicas tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.

«Es un problema enorme, y es un problema mundial, no solo en este país», dijo durante su homilía en tierra texana. Unas palabras que resonaban con especial significado en un estado fronterizo como Texas, epicentro de la crisis migratoria norteamericana.

El cardenal Prevost, haciendo referencia al Papa Francisco y su histórica visita en 2013 a Lampedusa, la pequeña isla italiana que se convirtió en símbolo de la crisis migratoria en el Mediterráneo, señaló que «debe haber una manera de resolverlo», mostrando su preocupación por un fenómeno que años después sigue sin encontrar soluciones efectivas en las políticas internacionales.

Las palabras del ahora Papa León XIV reflejan la compleja posición de la Iglesia ante el fenómeno migratorio: reconocer la gravedad del problema de la inmigración descontrolada mientras se mantiene el mensaje evangélico del respeto a la dignidad humana.

«Debe haber una manera de resolverlo, pero también de tratar a las personas con respeto. Todos, ya sea que hayamos nacido en los Estados Unidos o en el Polo Norte, recibimos el don de ser creados a imagen y semejanza de Dios. Y el día que lo olvidemos, olvidaremos quiénes somos», manifestó el entonces cardenal, equilibrando su advertencia sobre el problema migratorio con un recordatorio sobre la igualdad fundamental entre todos los seres humanos.

Este posicionamiento dual, reconociendo tanto la problemática geopolítica como la dimensión humana del fenómeno, marcó desde entonces la línea que ahora mantiene como cabeza de la Iglesia Católica, donde ha continuado abordando la inmigración como uno de los desafíos más urgentes de nuestro tiempo.

La postura del Papa León XIV cobra especial relevancia en el actual contexto internacional, donde las tensiones migratorias no han hecho sino agudizarse y continúan representando uno de los mayores desafíos para la estabilidad social y política en numerosos países occidentales.

Con estas declaraciones, el actual Papa ya anticipaba hace siete años la necesidad de encontrar soluciones efectivas a un problema que, lejos de solucionarse, se ha intensificado en diversas regiones del mundo, confirmando su diagnóstico de que se trataba de un «problema mundial» que requiere respuestas coordinadas a nivel internacional.