Irán ejecuta al primer preso conocido detenido durante las protestas por la muerte de Mahsa Amini

Irán
Bandera ensangrentada de Irán en una manifestación (EP)

Irán ha anunciado este jueves que ha ejecutado al primer prisionero que ha sido oficialmente condenado por un presunto delito derivado de las protestas que se organizan en el país desde hace semanas tras la muerte bajo custodia policial de la joven kurda Mahsa Amini.

El prisionero, identificado por Naciones Unidas como Mohsen Shekari, estaba condenado por herir «intencionalmente» a un guardia de seguridad con un cuchillo largo y bloquear una calle de la capital, según ha informado la agencia de noticias semioficial Tasnim.

Las autoridades iraníes han rechazado la apelación del abogado del preso, al considerar que «no es válida ni justificada», ya que consideran que es culpable de «crímenes de guerra» al bloquear la calle, amenazar con armas y enfrentarse a los agentes.

El Tribunal Supremo de Irán -que considera que las acciones del manifestante fueron un «ejemplo de hipocresía»- ha aprobado en la mañana de este jueves la sentencia y ha ejecutado el fallo.

Los magistrados se sustentan en supuestas declaraciones de testigos del incidente, que habrían asegurado que las personas presentes estaban muy asustadas por la presencia del manifestante armado.

A principios de esta semana las autoridades iraníes habrían informado de que cinco personas habían sido condenadas a muerte por su implicación en el fallecimiento de un agente de seguridad en las protestas.

El portavoz del Departamento de Justicia, Masoud Setayeshi, explicó que por ese mismo delito otras 11 personas, entre ellas tres menores de edad, fueron condenados a «largas penas» de prisión, según informó la agencia ISNA.

Naciones Unidas y el Gobierno francés han contado entre las primeras reacciones a la ejecución de Shekari. «Deploramos este ahorcamiento», lamenta la ONU, antes de alertar sobre sus temores sobre el destino que corren otros 11 manifestantes condenados a muerte en Irán.

«Pedimos un cese inmediato de las ejecuciones. La pena de muerte es incompatible con los derechos humanos y es irreconciliable para con el derecho a la vida», añade Naciones Unidas.

El Gobierno francés, por su parte, también ha condenado «enérgicamente» la ejecución, que «se suma a otras numerosas violaciones graves e inaceptables de los derechos y libertades fundamentales cometidas por las autoridades iraníes».

«Francia reafirma su compromiso con la libertad de manifestarse pacíficamente y condena enérgicamente la represión ejercida contra los manifestantes iraníes. Sus aspiraciones a más libertad y respeto de sus derechos son legítimas y deben ser escuchadas», según el Ministerio de Exteriores francés.

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