Internacional
HAMÁS

Hamás se infiltra y controla las ONG en Gaza: así lo prueban documentos recogidos por el Ejército israelí

Extorsión, colapso de servicios y rebelión interna: Gaza empieza a darle la espalda a los terroristas de Hamás

  • Marta Torres
  • Corresponsal internacional. He escrito en La Razón, El Mundo, Wall Street Journal Edición Américas.

Los terroristas de Hamás han convertido a las ONG en un instrumento de espionaje, control social y manipulación de la ayuda para la población en la Franja de Gaza. Documentos internos de los terroristas revelan cómo la red humanitaria fue sometida a coacciones, infiltraciones y vigilancia para servir a los intereses del terrorismo. Los documentos han sido recogidos por el Ejército de Israel y compilados en un informe por la organización NGO Monitor en un documento publicado este miércoles 3 de diciembre.

Hamás convirtió a decenas de ONG en una pieza más de su maquinaria de control político, espionaje y financiación encubierta. Algunas de ellas financiadas por la ONU.

Los informes revelan una estructura sistemática de infiltración, intimidación, vigilancia y utilización de las organizaciones humanitarias, tanto locales como internacionales. Lejos de operar de forma independiente, como exige el derecho internacional, las ONG habrían quedado atrapadas en una red de dependencia impuesta por Hamás, cuyo objetivo final era controlar a los extranjeros que entraban en la Franja de Gaza, vigilar los proyectos, supervisar los flujos económicos y proteger sus infraestructuras militares.

Una mujer de Gaza a la que Hamás ha manipulado.

La población gazatí ha denunciado extorsiones sistemáticas, cobros encubiertos en forma de impuestos revolucionarios y la total ausencia de servicios públicos básicos. A ello se suma el colapso absoluto de las infraestructuras. Vídeos grabados en noviembre dentro de Gaza muestran cómo las lluvias recientes inundaron completamente ciudades de tiendas de campaña, sin que Hamás activara ningún tipo de sistema de emergencia, asistencia humanitaria o protección civil. Lejos del relato propagandístico, la realidad sobre el terreno refleja abandono y una población a la deriva.

Fractura dentro de Hamás

El deterioro no es solo social. También fractura internamente a la propia estructura del grupo. Según estas mismas fuentes, algunos terroristas de Hamás se están negando a cumplir órdenes, mientras que otros intentan abandonar la Franja ante el colapso económico y la inseguridad.

La respuesta del régimen ha sido reforzar el control autoritario: Hamás ha prohibido a sus propios trabajadores salir de Gaza sin un permiso escrito, una medida que evidencia miedo a la deserción, pérdida de lealtades y descomposición interna del aparato de poder.

La guerra y la ruptura con la sociedad civil

A la frustración por la incompetencia estructural se suma un elemento todavía más explosivo: una parte creciente de la población considera que Hamás fue directamente responsable de provocar la guerra, arrastrando a Gaza a una devastación sin precedentes.

Los «garantes», clave del control extranjero

El eje de todo el sistema era la figura del «garante», un alto cargo local de cada ONG encargado de gestionar los permisos de entrada para el personal extranjero. Sin su visto bueno, ningún cooperante podía pisar la Franja de Gaza.

Los documentos revelan que Hamás utilizó este mecanismo para acceder a toda la información personal, profesional y logística de cada visitante: identidad, organización, funciones, rutas de desplazamiento, contactos y duración de la estancia. En palabras de uno de los informes internos:

En un primer momento, estas solicitudes eran tramitadas por empleados de bajo rango. Pero al comprobar que el sistema no permitía un control eficaz, Hamas decidió limitar esta función a altos directivos de las ONG, a los que consideraba la primera línea de seguridad y contrainteligencia.

A partir de ese momento, lo que oficialmente era un trámite administrativo se convirtió en un mecanismo de inteligencia institucionalizado.

Amenazas, chantajes y espionaje interno

Los documentos reflejan cómo Hamas no dudó en recurrir a amenazas directas y coacciones para someter a responsables humanitarios que se resistían a colaborar.

Un informe detalla el caso de un alto directivo de Mercy Corps, financiado por Naciones Unidas. Fue presionado por Hamás. Les entregó datos financieros, administrativos y de seguridad sobre sus actividades y las de otras ONG.

Otro documento es aún más explícito: «Infiltrarse las sedes de las organizaciones internacionales y a sus empleados, tanto por medios técnicos como mediante fuentes humanas».

La red de espionaje se extendía también a empresas subcontratadas por ONG internacionales, utilizadas por Hamás para redirigir proyectos, proteger infraestructuras militares o bloquear actuaciones que consideraba peligrosas.

ONG bajo sospecha

El informe menciona a múltiples organizaciones, entre ellas Rahma Worldwide, Human Appeal, Handicap International, Medical Aid for Palestinians (MAP UK), CESVI, NRC, IMC y Oxfam. Algunas aparecen calificadas como cooperadoras, otras como neutrales penetradas por personal afín a Hamas, y otras como no cooperadoras sometidas a presión.

Todas ellas han rechazado las acusaciones, alegando:

El informe también menciona como cooperadora a la ONG El Baraka, sancionada en junio por el Tesoro de Estados Unidos por canalizar fondos hacia Hamás.