Internacional

Diez claves para entender la guerra de Ucrania​ en el aniversario de la invasión

Volodímir Zelenski​. Fue el hombre del año en 2022. Es el líder internacional occidental con más apoyo en EEUU y en la UE. Su apoyo popular en Ucrania es del 91%, 15 puntos incluso por encima del que recibió el primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill, durante la Segunda Guerra Mundial. De hecho, algunos lo describen como «el nuevo Churchill en camiseta». Antes de comenzar la invasión rusa, curiosamente, sus índices de apoyo no superaban siquiera el 20%. Su decisión de permanecer en Kiev, su carisma, sus discursos diarios nocturnos y su puesta en escena le han convertido en el hombre más perseguido por los cazadores de selfies, especialmente entre los líderes políticos occidentales, que saben perfectamente lo mediáticamente atractivo que resulta aparecer al lado del presidente ucraniano. Ha sabido colocar el mensaje en la UE y en EEUU de que la lucha contra Rusia representa precisamente la defensa de los principios y valores occidentales. Sin embargo, Zelenski se enfrenta al segundo año de guerra acuciado por los problemas internos del país, la oposición política y los procesos de reformas.

La corrupción, un problema endémico en Ucrania, ha reaparecido en las últimas semanas. Una docena de funcionarios y altos cargos fueron despedidos. Sus adversarios políticos aseguran que su sobreexposición mediática desprende un tufillo de autoritarismo. Por ejemplo, el general Valeriy Zaluzhnyi, comandante en jefe de las fuerzas armadas de Ucrania, ha sido requerido para dar numerosas entrevistas, pero Zelenski no le autoriza y se cree que detrás de todo existe cierto temor a que pudiera convertirse en un rival político. Los problemas domésticos podrían a su vez crearle problemas en el exterior especialmente si la línea del frente, la cual ha sido reforzada por Rusia con decenas de miles de tropas, permanece estancada. Ucrania afrontará unas elecciones parlamentarias en octubre que conformarán el reparto de las fuerzas políticas y que serán clave para ver los apoyos de cada formación, entre ellas, «Servidor del Pueblo» el partido político del presidente.

La Unión Europea​. La UE tiene varios retos en relación a la guerra de Ucrania. Algunos líderes políticos aseguran en privado que el presidente Zelenski trata de arrastrar a más países al conflicto con Rusia, apoyado por algunos países vecinos y que son miembros de la UE. Por ello, los dirigentes de los estados miembros tratan de conciliar la entrega de armamento con el mantenimiento de unas líneas rojas que no hay que atravesar para escalar más el conflicto. La realidad también muestra que la situación de los países de la UE es diferente y aunque un 97% de suecos apoyen la guerra, sólo un 48% de griegos piensan igual. En España, dicho respaldo a la guerra era de un 60% según el último Eurobarómetro. Previsiblemente cuanto más se dilate el conflicto, el porcentaje de apoyos decaerá a lo largo y ancho de la UE, por ello los líderes de la UE tratan de mantener la tensión y ven una oportunidad con el debate sobre la adhesión de Ucrania la UE. Dicho proceso se demorará algunos años porque está condicionado a una serie de reformas, pero permite invitar al líder ucraniano a cada cumbre comunitaria para seguir hablando de la guerra.

Estados Unidos​. El síndrome de la fatiga de guerra es uno de los desafíos a los que el presidente Biden ha tratado de superar en los últimos tiempos. Sin embargo, en la actualidad según un sondeo de Associated Press, menos de la mitad de estadounidenses (48%) está a favor de suministrar armas a Ucrania, mientras que dicho apoyo era del 60% en mayo de 2022. Este dato es muy relevante porque EEUU se enfrenta en 2024 a unas elecciones presidenciales y la ayuda a Ucrania, si la guerra persiste, podría convertirse en uno de los ejes más importantes de la contienda electoral.

Algunos representantes políticos del partido republicano han cuestionado también el nivel de gasto en Ucrania. El líder de la cámara de representantes, Kevin McCarthy, sostiene que necesitará ganar el respaldo de algunos escépticos en su partido o confiar en los votos de los demócratas para seguir aprobando nuevos paquetes de ayuda económica a Ucrania. El líder de la minoría parlamentaria en el Senado, Mitch Mcconnell, aseguró recientemente que había aconsejado a Zelenski que para sortear el apoyo en el Congreso de EEUU necesitaba hacer frente a la corrupción interna y conectar con los representantes republicanos más dubitativos. Uno de ellos, el senador republicano Josh Hawley manifestó que «nuestro país antes de dar cualquier ayuda debe juzgar lo que es bueno para nuestro pueblo y nuestros intereses». Desplazó además la responsabilidad a los países europeos de ser los primeros en tener que proveer armas convencionales a Ucrania. Los futuros paquetes de asistencia a Ucrania deben pasar por el Senado, controlado por los demócratas, y la Cámara Baja donde los republicanos tienen mayoría. Algunos republicanos se oponen a tener que recurrir a más dinero de los impuestos para enviarlo a Ucrania, argumentando que ese dinero podría ser mejor gastado domésticamente. Estados Unidos ha previsto desplegar un ejército de auditores en la zona de guerra para investigar cualquier indicio de fraude sobre los 110.000 millones de dólares que han sido enviados al territorio ucraniano.

Las cifras de la guerra​. De acuerdo con el Fiscal General de Ucrania, Rusia ha cometido más de 68.000 crímenes de guerra en su territorio. Según estas cifras oficiales del lado ucraniano, 9.655 civiles han muerto por la invasión y 12.829 han resultado heridos. Las cifras contrastan con las de la ONU que sólo reconoce 8.000 civiles fallecidos, si bien la Misión de Vigilancia de los Derechos Humanos de la ONU en Ucrania reconoce que el número real será «sustantivamente mayor». De todos ellos, un 61,1 % fueron hombres y un 39,9 %, mujeres. Al menos 487 niños han sido asesinados y 954 heridos.

Un total de 16.220 menores ucranianos han sido deportados de su país desde que comenzó la invasión. Más de 80.000 edificios han sido dañados o destrozados, incluyendo 462 hospitales. Los ataques rusos han afectado en 255 ocasiones a la infraestructura energética del país. El fiscal general ha acusado a 915 personas de crímenes de guerra. De todos ellos, 26 ya han sido sentenciados, incluyendo a 14 soldados rusos apresados y otras 12 personas juzgadas en ausencia. Por parte del lado ruso, si bien el Ministerio de Defensa no reconoce más que la existencia de unas cuantas decenas de muertos en sus tropas, el gobierno británico sostiene que cerca de 200.000 miembros de las tropas rusas han muerto en la batalla o han sido heridos desde que comenzó la guerra.

En cuanto al número de desplazados, 14 millones de ucranianos se vieron obligados a abandonar sus viviendas y poblaciones, de los cuales 8 millones son refugiados en otros países. La situación de algunos refugiados precisamente empieza a ser dramática tras un año de guerra. En el Reino Unido, 4.300 ucranianos corren el riesgo de quedar sin techo ante la imposibilidad de muchas familias de seguir ofreciéndoles cobijo.

Rusia​. Los informes preliminares de la inteligencia militar occidental que estimaban que Rusia podía tomar Kiev en 48 horas fueron erróneos, gracias principalmente a la fuerte resistencia ucraniana. La percepción que tienen los ciudadanos rusos sobre la situación del país es la más positiva de los últimos 30 años, superando el 66 %, según el centro de estudios Levada. De hecho, las previsiones macroeconómicas del FMI dan a Rusia mayores tasas de crecimiento en 2023 que para Alemania o el Reino Unido. Hace un año sólo la mitad de la población rusa tenía una opinión positiva sobre la marcha de economía. Esto significa que el presidente ruso tiene un amplio margen para seguir estirando la guerra el tiempo que sea necesario y que el discurso ha acabado calando a su favor entre la población rusa.

Los expertos hablan de que próximamente habrá una nueva movilización de soldados rusos en Ucrania, seguramente hacia la primavera, cuando haya que relevar al contingente de 300.000 soldados movilizados en septiembre. Aunque el gobierno ruso no hable en público sobre las bajas producidas, una nueva llamada a filas corre el riesgo de provocar una nueva estampida de hombres fuera del país que no quieran ser alistados.

El futuro de Putin​. Este pasado miércoles Moscú vivió una de las mayores celebraciones públicas desde el inicio de la guerra en Ucrania dentro del estadio Luzhniki de Moscú. Una multitud de más de 80.000 rusos coreaban canciones en favor de la conquista de Ucrania. Desde un punto de vista formal el evento estaba motivado por la festividad anual en honor a los defensores de la patria que homenajea a los veteranos, pero el hecho de que se celebrase dos días antes del aniversario de la invasión sirvió como un show televisivo de apoyo popular para el conflicto, las fuerzas armadas y al hombre que está detrás de todo ello, el presidente Putin. El respaldo popular actual de Putin es del 82 %, mientras que cuando empezó la guerra era de un 70 %.

China​. China y Rusia han dejado al lado algunas de sus diferencias y están llevando a cabo ejercicios militares conjuntos y fortaleciendo sus lazos financieros para enfrentarse a las sanciones occidentales. El presidente chino, Xi Jinping, evita con cautela que su país sea visto como un aliado de Rusia en la guerra, sobre todo en un momento en el que los servicios de inteligencia estadounidenses han sugerido que Rusia trata de adquirir armas y tecnología de Beijing. «China intenta trabajar con Rusia para mantener un foco estratégico, profundizando la confianza política mutua y fortaleciendo la coordinación estratégica», reafirmó el jefe de la diplomacia china Wang Yi al presidente ruso esta semana.

Mantener a China en su parcela siempre ha sido una prioridad para Putin dado que Beijing se ha convertido en un socio comercial clave ante la sanciones occidentales. No obstante, el presidente chino tiene dudas acerca del apoyo que brindar a la invasión rusa pero se muestra satisfecho de ayudar a su colega para distraer a Estados Unidos de su competición económica y comercial y de inmovilizar los recursos militares estadounidenses que son empleados para apoyar a Ucrania.

La ONU. Naciones Unidas ha sido una de las grandes decepciones del primer año de guerra en Ucrania. Ni el Secretario General, António Guterres, ni el Consejo de Seguridad han sido capaces de dar pasos en firme que ayudarán a un alto el fuego. La presencia de las principales potencias occidentales y de China y Rusia en el Consejo de Seguridad ejerciendo constantemente su derecho de veto ha sido uno de los elementos fundamentales que han ido en contra de una posible resolución del conflicto. La guerra ha demostrado además que las organizaciones supranacionales tienen un estrecho margen de actuación cuando se producen conflictos entre países que se sitúan como grandes o potencias medianas. Solamente la Asamblea General de la ONU ha aprobado algunas resoluciones condenatorias hacia Rusia y exigiendo su salida del territorio ucraniano.

India, Turquía e Israel. Otros poderes regionales como India, Turquía e Israel se mantienen al margen de la guerra, continúan comprando petróleo y gas de Rusia o trabajando diplomáticamente con Putin mientras a la vez compran armas de los Estados Unidos y permanecen en su órbita defensiva. La respuestas de los ciudadanos de países como China, India o Turquía cuando se les pregunta por su opinión sobre Rusia tras el primer año de guerra son bastante diferentes de las obtenidas en los países occidentales. Así, un 76 % de chinos, un 77 % de indios y un 73 % de turcos sostienen que ven a Rusia «más fuerte»o «tan fuerte» como antes de la guerra.

Horizonte negociador​. En la actualidad ni el lado ucraniano ni ruso tienen voluntad de sentarse alrededor de la mesa negociadora. Tan sólo se han producido intercambios de prisioneros entre ambos bandos motivados por la intervención de países como Turquía, Emiratos Árabes o Arabia saudí, países que no aplican sanciones a Rusia y que Mantienen un nivel de interlocución fluida con Ucrania. La guerra ha alcanzado actualmente un nivel de estancamiento con el frente de Bajmut como el más importante para alcanzar de nuevo Járkov por parte rusa. Los analistas hablan de una nueva ofensiva a partir de marzo que intentaría reforzar las posiciones rusas en el Donbás. Lo que cada día se presenta más inalcanzable es establecer ese corredor de Nueva Rusia que atravesara Odessa hasta conectar con Moldavia que los estrategas rusos se habían fijado como posible escenario. La capacidad de resistencia del lado ucraniano dependerá del nivel de apoyo occidental y éste se verá, desde luego, influido por la cantidad de episodios electorales a los que se tiene que hacer frente.