Internacional

Austria financia una campaña en Afganistán para desalentar la migración

Austria es la última parada antes de llegar a Alemania, el destino preferido para los miles de migrantes que tratan de escapar de la guerra y la pobreza que asolan diversos puntos del medio oriente. El país centro europeo ya había recibido algunas críticas por parte de la Comisión Europea y de grupos defensores de los derechos humanos por recortar sus cupos de acogida de refugiados, pero ahora van a ir un paso más allá.

Como en su día ya hiciera Dinamarca, en su caso a través de diarios libaneses y dirigiéndose a las olas de migrantes sirios, Austria quiere actuar en el origen y desalentar la idea de su país como un lugar en el que buscar asilo. La ministra de Interior Johanna Miki-Leitner especificó que “el gobierno federal tiene un límite de 37.500 peticiones de asilo para este año. Para cumplir con esa cifra debemos reducir el flujo de refugiados. Es una cuestión de justicia avisar a la gente en sus países de origen sobre las estrictas leyes de asilo en Austria”.

Con grandes letras rojas mayúsculas, en los anuncios se lee “No hay asilo en Austria”, explicando a continuación que Viena fija plazos para asilos temporales, que están aumentando las deportaciones, y que las condiciones para eventuales reunificaciones familiares son muy estrictas.

Ya en el pasado Austria había reducido con éxito la inmigración, en este caso procedente de Kosovo, con otra campaña desplegada en el lugar de origen. En esta ocasión, se desplegarán grandes carteles publicitarios en las cinco principales ciudades afganas, además de anuncios pagados en periódicos y más de mil webs locales.

En datos absolutos, Austria, que cuenta con una población de 8,5 millones, recibió 90.000 peticiones de asilo el pasado de año, y en torno a un cuarto de ellas fueron de ciudadanos afganos, una tendencia que continúa este año.