¿Cómo se hace?
Plantas

Cómo cuidar y colgar el clavel de aire

Cuando hablamos del clavel del aire es una de las plantas epifitas preferidas de los españoles, y seguramente querrás conocer algunos de los secretos que se esconden detrás de esta especie, y no sólo cómo cuidarla para que luzca de la mejor forma posible, sino además de qué modo localizarla para enseñarla en el hogar una vez que esté florecida. Cómo cuidar y colgar el clavel de aire.

Como todas las tillandsias, entre las ventajas de esta planta está el hecho de que, al no tener raíces, tampoco nos reclama tierra para ser cultivada y crecer. De ahí su denominación tan particular de “clavel del aire”.

Cuidados básicos del clavel del aire

Uno de los aspectos en los que tienes que fijarte para que tu clavel del aire se desarrolle como debe es la temperatura ambiente, que conviene que no pase de los 10° C mínimos y 30° C máximos, si bien existen algunas variantes de esta planta que soportan heladas de hasta -10° C. Entonces procura que se mantengan en ambientes templados, y lejos de la intemperie en invierno.

La reproducción de esta planta es a través de esquejes, recién después de la floración, y verás que van naciendo pequeños “hijos” alrededor de la planta madre, hasta crear una especie de colonia. Te aconsejamos esperar todo lo que puedas para retirarlos, así salen fuertes y logran sobrevivir una vez alejados de ella.

A muchos les preocupan especialmente las plagas que pueden atacar al clavel del aire, y en especial hay que ser cuidadosos con la araña roja, frecuente habitual de las plantaciones de esta especie. Amante de los espacios secos, este arácnido es capaz de dejar pálidas las hojas de la planta. Contrarrestar su presencia requiere lavarla con agua jabonosa y aumentar la humedad ambiental.

¿Respetas todas las sugerencias de los expertos pero tu clavel del aire no consigue florecer? Probablemente eso se deba a que se trata de una planta que ya ha florecido, sin margen suficiente para hacerlo de nuevo. En ese caso, tienes que centrarte en los esquejes que mencionamos antes, y ser paciente hasta que florezcan éstos. Es habitual que la planta madre sólo florezca una vez.

Por último, en lo que respecta a la ubicación de esta planta, se desempeña mejor en sitios soleados, lugares donde recomendamos dejarla en invierno, cuando los rayos solares no le provocan daño. Durante el verano, es mejor que reciba luz solar sólo durante la mañana o cayendo la tarde, o que la reciba de manera indirecta. Y para el riego, nada mejor que recolectar agua de lluvia y servirte de ella.