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Trucos

Así es como se elige la sandía perfecta: los mejores consejos de un frutero

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La sandía destaca como una fruta ideal para los días calurosos de verano, no sólo por su alto contenido en agua, sino también por su riqueza en nutrientes que aportan diversos beneficios para la salud.  En primer lugar, la sandía cuida la salud cardiovascular, ya que es rica en citrulina. Este aminoácido, al ser transformado en arginina dentro del cuerpo, juega un papel crucial en la preservación de la elasticidad de las arterias y vasos sanguíneos. Además de sus ventajas para el corazón, la sandía es una excelente opción para quienes buscan controlar su peso. Con solo 30 calorías por cada 100 gramos, esta fruta es baja en grasa y calorías, pero rica en nutrientes esenciales.

En cuanto a la salud ocular, la sandía también tiene mucho que ofrecer. Su alto contenido de betacarotenos, que se convierten en vitamina A en el organismo, ayuda a mantener la salud visual. La vitamina A es fundamental para prevenir problemas de visión relacionados con la edad.  Otro aspecto positivo es su contribución a los niveles de energía tanto a nivel físico como mental. La sandía contiene vitamina B6 y magnesio, ambos vitales para mantener el cuerpo activo y con energía durante el día.

Consejos para elegir la mejor sandía

Con la llegada del verano, la sandía se convierte en una de las frutas más apreciadas por su frescura y jugosidad. Sin embargo, encontrar la sandía ideal puede resultar complicado. Para simplificar este proceso, un agricultor experimentado en el cultivo de sandías de Almería comparte sus mejores consejos para seleccionar la fruta más sabrosa y madura en el supermercado.

El peso es un factor fundamental al elegir una sandía. Según el agricultor, las sandías que son más pesadas de lo que parecen son una buena señal. «Las sandías más jugosas suelen ser aquellas que tienen un peso significativo en comparación con su tamaño. Si una sandía es ligera, es probable que tenga menos agua y sea menos jugosa», señala, según recoge La Voz de Almería. También recomienda evitar las sandías que presentan grietas o protuberancias, ya que podrían tener daños internos.

La firmeza de la cáscara es otro aspecto importante a tener en cuenta. «La cáscara de la sandía debe ser dura y resistente. Si cede al presionarla, es probable que la fruta esté pasada», explica el agricultor.

Un truco clásico para seleccionar una buena sandía es golpearla suavemente con los nudillos. «Si al golpearla suena hueca, es un indicio de que está bien hidratada y en su punto óptimo para comer. Por el contrario, si el sonido es sordo y resonante, es mejor no elegirla», aconseja el agricultor.

El olfato puede ser un buen aliado en la selección de la sandía. «Una sandía madura emite un aroma dulce, especialmente en la zona del pedúnculo. Si no percibes ningún olor, la sandía probablemente está verde. Si huele a vinagre, es una señal de que está pasada y no es apta para comer», agrega el agricultor.

El color de la base de la sandía también proporciona pistas sobre su madurez. «Busca una base de un tono amarillo oscuro, lo que indica que la sandía ha madurado adecuadamente. Si la base es amarilla pálida o verde, la sandía aún no está completamente madura», sugiere.

Las manchas amarillas en la cáscara son otro indicador de madurez. «Estas manchas indican que la sandía ha estado al sol y ha madurado de manera adecuada», menciona el agricultor.

Finalmente, la cola de la sandía también proporciona pistas sobre su estado. «Si la cola, que es el punto de unión con la planta, está seca, es una buena señal de que la sandía está lista para consumir», concluye el experto.

El peligro de la fruta cortada

Optar por frutas ya cortadas o en mitades puede ser conveniente para evitar el peso de una pieza completa o para evitar que se estropee si se compra en grandes cantidades. Sin embargo, esta práctica puede presentar varios riesgos para los consumidores, ya que en muchos establecimientos, la fruta cortada se almacena sin refrigeración adecuada.

La nutricionista y tecnóloga de alimentos Beatriz Robles desaconseja firmemente la compra de frutas ya cortadas, incluso si están refrigeradas. «No recomiendo esta opción en ningún caso, ya que no se puede saber cuánto tiempo lleva la fruta expuesta después de ser cortada. Al partir la fruta, estamos eliminando su protección natural, que resguarda la parte comestible de los contaminantes ambientales», señala la experta.

El riesgo aumenta significativamente cuando la fruta cortada se mantiene a temperatura ambiente. «A temperatura ambiente, los microorganismos presentes en la fruta pueden proliferar rápidamente, lo que favorece la expansión de bacterias a otras partes de la comida», explica la especialista en The Huffington Post. Para minimizar estos riesgos para la salud, Robles aconseja lavar la fruta con abundante agua en casa y almacenarla en el refrigerador después de cortarla.