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Torquemada, historia del temido inquisidor

La historia de Torquemada nos sirve como recordatorio de los peligros del fanatismo y la intolerancia. Es la misma Inquisición.

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  • Francisco María
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Desde la Edad Media, los dominicos ocuparon, junto con los franciscanos, los puestos de inquisidores, pero ninguno de ellos fue tan emblemático como Tomás de Torquemada. Debido a sus cualidades humanas y religiosas, Torquemada se labró una carrera entre los dominicos, la cual le permitió convertirse en prior del primer convento de la Orden fundado en España, el convento de Santa Cruz la Real de Segovia.

La ambición y paciencia de Torquemada, le llevó a ganarse la confianza de Isabel la Católica, quien le eligió como confesor real y, luego, inquisidor general. La Inquisición era una institución creada por la Iglesia Católica con el objetivo de combatir la herejía y preservar la ortodoxia religiosa. Sin embargo, bajo el mando de Torquemada, la Inquisición adquirió una reputación siniestra y brutal. Se le atribuyen miles de muertes de supuestos herejes y brujas, así como la creación de un clima de terror y persecución en toda la península ibérica.

¿Quién fue Tomás de Torquemada?

Tomás de Torquemada había nacido el 14 de octubre de 1420, probablemente en Valladolid, aunque otras fuentes aseguran que su localidad natal fue el pueblo de Torquemada (Palencia). Según los registros históricos, fue sobrino del fray dominico Juan de Torquemada, quien había sido confesor del rey Juan II de Castilla, lo que explica su inclinación por la vida monástica.

Al igual que su tío, Tomás se convirtió en dominico en San Pablo de Valladolid y se entregó “a la observancia” y al estudio de la Teología. Al poco tiempo, fue nombrado prior del convento de Santa Cruz de Segovia, donde impuso la estricta regla dominica. Los Reyes de Castilla y Aragón siempre mantuvieron una relación estrecha con esta abadía castellana, por lo que desde el primer momento se le concedieron notables privilegios.

Fue en el convento de Segovia en el que el fray Tomás conoce a la princesa Isabel, futura Reina, quién quedó impresionada por su “prudencia, rectitud y santidad”. Coronada la Reina en 1474, el “Prior de Santa Cruz” fue elegido como uno de los tres confesores y consejeros del matrimonio regio para atender las necesidades espirituales de los Reyes Católicos.

A pesar de que llevó una vida austera, Tomás de Torquemada acumuló grandes fortunas procedentes de los bienes confiscados a los herejes, las cuales donó a sus parientes, allegados y monasterios en donde fue prior.

Expulsión de los judíos

Uno de los episodios más oscuros de la carrera de Torquemada fue la expulsión de los judíos de España en 1492. Bajo el pretexto de purificar la fe y la cultura española, se ordenó la expulsión de todos los judíos que se negaran a convertirse al catolicismo. Miles de familias fueron obligadas a abandonar sus hogares y sus pertenencias, en un acto de intolerancia y crueldad que marcó un hito en la historia de España.

De confesor real al temido inquisidor

Como confesor real, Tomás de Torquemada tuvo una gran influencia en sobre la reina Isabel la Católica, lo que le llevó a asumir un cargo de suma importancia y responsabilidad: el de Inquisidor General de Castilla y Aragón, Valencia y Cataluña. Torquemada reunía los requisitos necesarios para cumplir su misión, que no era otro que el de perseguir herejes, y poner en marcha un tribunal organizado bajo las pautas establecidas por la Corona.

En los diez años en los que el fraile dominico estuvo al mando del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, se estima que fueron quemadas a más de diez mil personas y poco más de veinte mil fueron condenados a distintas penas como, encarcelamientos, torturas y degradaciones públicas. Estas cifras, no obstante, pueden ser producto de la leyenda negra vertida contra España, según muchos historiadores modernos.

En cualquier caso, de lo que sí se tiene certeza es del papel importante que jugó Torquemada en el periodo en que se alcanzó las mayores cotas de violencia en contra de judeoconversos. El fraile presentó un proyecto a los Reyes en el que básicamente los judíos estaban obligados a elegir entre bautizo o expulsión, el cual fue aprobado y publicado en marzo de 1492. La influencia del dominico fue fundamental para que los Reyes Católicos aprobaran la expulsión de los judíos de España, medida que no había sido considerada años atrás.

Debido a su postura radical y sus decisiones, Torquemada acabó por ganarse enemistades de diversa índole. Por esta razón, los reyes le concedieron una escolta ante la posibilidad de que sufriera un posible atentado.

Pérdida de poder y muerte

En sus últimos años como inquisidor general, Torquemada fue perdiendo paulatinamente el favor real, debido a que en la Corte se rumoreaba sus pretensiones de controlarlo todo. Tras el nombramiento de nuevos inquisidores, la institución del dominico perdió el poder que los monarcas le habían concedido. Dos años más tarde, viejo y cansado  se retiró al convento de Santo Tomás de Ávila. Estando allí, estuvo a cargo de los nuevos inquisidores hasta el día de su fallecimiento, el 16 de septiembre de 1498.

En 1572, sus restos fueron trasladados a otra capilla, pero con el paso de los siglos se perdió el paradero de sus restos y se desconoce el lugar donde reposan actualmente.

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