Los orígenes de la ciudad de Roma: de Rómulo y Remo a la República
A lo largo de más de mil años de historia, Roma pasó de ser una pequeña aldea en las orillas del Tíber a convertirse en la capital de un imperio
¿Cuándo y cómo se fundó la ciudad de Roma?
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Personajes más importantes del imperio romano
La ciudad de Roma es una de las más antiguas y fascinantes del mundo, con una historia que se remonta a más de 2.700 años. Su origen legendario se encuentra en la historia de Rómulo y Remo, los hermanos gemelos criados por una loba que fundaron la ciudad en el año 753 a.C. Sin embargo, la historia real de Roma es mucho más compleja y fascinante, marcada por la expansión territorial, la lucha de poder y la evolución política que llevó a la creación de la República romana.
Según la tradición romana, la historia de la fundación de la ciudad se remonta al siglo VIII a.C., cuando Rómulo y Remo, hijos del dios Marte y la sacerdotisa Rea Silvia, fueron abandonados en un cesto en las aguas del río Tíber. Allí fueron rescatados por una loba que los amamantó y cuidó hasta que fueron encontrados por un pastor llamado Faustulo, quien los crió como sus propios hijos. Cuando crecieron, los gemelos decidieron fundar una ciudad en el lugar donde habían sido abandonados, pero una disputa por quién sería el líder de la nueva ciudad llevó a la muerte de Remo a manos de su hermano Rómulo.
El primer rey
Con la muerte de Remo, Rómulo se convirtió en el primer rey de Roma y comenzó la construcción de la ciudad en el Monte Palatino. Según la tradición, Roma fue fundada el 21 de abril del año 753 a.C., marcando el inicio de una historia que perduraría por siglos. Rómulo gobernó la ciudad con mano firme y la rodeó de una muralla para protegerla de sus enemigos, sentando las bases de lo que sería una de las civilizaciones más poderosas del mundo antiguo.
Tras la muerte de Rómulo, la ciudad pasó por un período de inestabilidad política hasta la instauración de la monarquía etrusca, que gobernó Roma durante varios siglos. Sin embargo, en el año 509 a.C., los romanos se rebelaron contra el último rey etrusco y establecieron la República, un sistema político en el que el poder recaía en dos cónsules elegidos anualmente por los ciudadanos.
La República
Durante la República, Roma experimentó un periodo de expansión territorial sin precedentes, conquistando gran parte de la península itálica y estableciendo una red de alianzas y colonias que le permitieron extender su influencia por toda la cuenca mediterránea. La República también fue testigo de conflictos internos, como las guerras civiles entre los patricios y los plebeyos, que llevaron a la instauración de reformas políticas y sociales destinadas a mitigar las tensiones en la sociedad romana.
La República romana se caracterizó por la división del poder entre diferentes instituciones, como el Senado, los cónsules y los tribunos de la plebe, que representaban los intereses de los ciudadanos comunes. Durante esta época, Roma continuó expandiendo su imperio a través de conquistas militares en toda la península itálica y más allá, llegando a dominar gran parte del Mediterráneo. La creación de las provincias romanas y la extensión de la ciudadanía a los habitantes de las regiones conquistadas contribuyeron a la integración de diferentes culturas y tradiciones en el imperio romano.
Uno de los hitos más importantes de la República romana fue la conquista de Cartago, rival comercial y militar de Roma, en las Guerras Púnicas que se libraron entre los años 264 y 146 a.C. La destrucción de Cartago y la anexión de sus territorios en el norte de África marcaron el inicio de la expansión romana por el Mediterráneo occidental y consolidaron su posición como potencia hegemónica en la región.
Final de una era republicana
Sin embargo, el éxito y la riqueza obtenidos a través de la expansión territorial también generaron tensiones internas en la República, que culminaron en una serie de guerras civiles y la instauración del régimen militar con la llegada al poder de Julio César en el año 49 a.C.
La República llegó a su fin con el asesinato de César en el año 44 a.C. y la posterior lucha por el poder entre sus seguidores, que daría lugar al establecimiento del Principado bajo el gobierno de Augusto, primer emperador de Roma.
El Imperio
El Imperio romano representó una nueva etapa en la historia de Roma, con un gobierno centralizado y un emperador como líder supremo. Durante los siglos siguientes, el imperio se expandió por toda Europa, África del Norte y Oriente Medio, convirtiéndose en una de las potencias más grandes y poderosas del mundo antiguo. Sin embargo, el crecimiento excesivo, la corrupción y las invasiones bárbaras llevaron al declive del imperio en el siglo V d.C., con la caída de Roma en manos de los pueblos germánicos en el año 476 d.C.
A pesar de su caída, la ciudad de Roma dejó un legado duradero en la historia occidental, con su arte, arquitectura, leyes y cultura que han influido en generaciones posteriores. Hoy en día, Roma sigue siendo un destino turístico popular, con sus ruinas antiguas y monumentos impresionantes que recuerdan su glorioso pasado.
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