Extravagancias curiosas de los reyes de España
Las extravagancias de los reyes de España nos ofrecen una mirada fascinante a la humanidad de estos personajes históricos.
Listado de los reyes de España
Reyes de España más influyentes de la historia
La fortuna personal de los reyes


Aunque las raíces de la monarquía española se remontan al siglo VIII d.C., si se tiene en cuenta la historia de Castilla, Aragón y Navarra, solo se puede hablar de una monarquía para toda España a partir de los Reyes Católicos, en el siglo XV y luego de la caída de Granada.
Desde hace 500 años, reyes, reinas, con sus consortes e hijos han jugado un papel fundamental en nuestra historia, ocupando a menudo un primer plano algunas figuras de las que hablamos a continuación.
Reyes y sus curiosidades
Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano y Germánico, nacido en un retrete
Carlos I fue hijo de Juana I de Castilla y de Felipe I de Castilla, también llamado Felipe de Habsburgo y popularmente conocido como Felipe “el Hermoso”.
El apodo no debió ser en vano; se cuenta que Juana solo permitía damas de la corte que no tuvieran buena apariencia física, y que trataba de no dejar solo a Felipe en ningún momento, hasta el extremo de acompañarlo a un baile en la casa del príncipe de Gante, en Flandes, embarazada y a punto de dar a luz.
Fue en esa celebración que comenzó las labores de parto, y Juana terminó dando a luz al futuro monarca en un retrete del palacio y ante numerosos testigos.
Felipe V, el rey que a veces creía ser una rana
Felipe V, llamado también el Animoso, fue el primer monarca Borbón y gobernó España desde 1700 hasta 1724.
Era un rey con pocos amigos, aficionado a la caza y a la música, y que sufrió ataques de locura durante los últimos años de su reinado.
Se cree que era bipolar, y en ocasiones afirmaba ser una rana. También utilizaba una camisa por mucho tiempo y al parecer era poco dado a la higiene personal.
Su locura iba más allá: en algunos momentos creía estar muerto y en otras que le faltaban las extremidades. Pensaba que el Sol intentaba hacerle daño y llegó a expulsar a los bufones, locos y enanos de la corte.
Fernando VI y su miedo a defecar
Volvemos al tema del retrete, pero por el lado del miedo. Fernando VI, que reinó entre 1746 y 1759, conocido como “el Prudente”, y también como “el Justo”, aparentemente tenía temor a defecar, y hacía enormes esfuerzos para evitarlo.
Tenía sillas con grandes pomos en su habitación, donde se sentaba para que estos actuaran como tapón.
También se le recuerda por haber prohibido la masonería, y por haber autorizado una persecución de gitanos, que se conoció como “la Gran Redada”.
Luis I, el más breve
También conocido como “el Bienamado” y “el Liberal”, fue hijo de Felipe V y de María Luisa de Saboya. Accedió al trono a los 16 años, al abdicar el padre por razones que ya hemos mencionado, pero solo gobernó durante 7 meses.
Luis accedió al trono el 15 de enero de enero de 1724 y murió el 31 de agosto de ese mismo año, debido a la viruela. De modo que Felipe V debió retomar el trono. Fue el reinado más corto de España.
Carlos IV y la pasión por los trabajos manuales
Es mal recordado por haber cedido la corona española a Napoleón, y por haber dejado que el supuesto amante de su esposa, Manuel Godoy, se hiciera cargo del gobierno mientras él cazaba o se dedicaba a otras actividades.
Carlos IV también mostró un notable interés por las labores manuales como la ebanistería, la carpintería y otros oficios similares.
El rey solía pasar mucho tiempo en los talleres reales, y lo compartía con carpinteros, torneros y otros trabajadores artesanales; tampoco le importaba competir con los mozos de cuadra en modalidades de lucha como el pancracio griego o la lucha leonesa.
Carlos II y su extraño botiquín real
Carlos II, apodado «el Hechizado», fue uno de los monarcas más peculiares. Nacido con graves problemas físicos y mentales debido a la endogamia de los Habsburgo, Carlos creció rodeado de supersticiones. Su séquito incluía astrólogos, curanderos y hasta exorcistas.
Uno de sus objetos más extravagantes era su botiquín: en él no solo había hierbas o remedios medicinales tradicionales, sino también polvo de momia, sangre de toro y amuletos traídos de Egipto y del Nuevo Mundo. Según algunos cronistas, se decía que dormía con dientes humanos bajo la almohada para «absorber vitalidad».
Alfonso XIII y su pasión por las películas privadas
El rey Alfonso XIII, que reinó entre 1886 y 1931, fue un gran aficionado al cine, un arte todavía joven en su época. Pero no solo disfrutaba del séptimo arte en su versión más artística: tenía una predilección por el cine erótico y llegó a financiar en secreto varias películas consideradas escandalosas para la época. Utilizaba pseudónimos y mantenía sus producciones en habitaciones privadas del Palacio Real. Aunque esta faceta fue durante mucho tiempo un rumor, hoy se sabe que la Biblioteca Nacional conserva algunas copias de esas películas, financiadas por orden del rey.
Conclusión
Las extravagancias de los reyes de España muestran que, más allá del protocolo y el poder, la monarquía también ha estado marcada por lo absurdo, lo caprichoso y lo inesperado. Estas anécdotas, lejos de empañar su legado, humanizan a los monarcas y revelan que la historia, además de solemne, puede ser profundamente divertida.
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