Historia
Historia Antigua

Los emperadores romanos más odiados de la historia

Roma era la ciudad y el imperio en el que todo el mundo debía mirarse durante la edad antigua. Fueron muchos los amados monarcas que pasaron por Roma, ya fuera durante el imperio o por la república. Emperadores romanos como Augusto, Trajano, Adriano, Antonio Pío o Marco Aurelio, marcaron una de las épocas más doradas de Roma.

Pero no todo fueron buenos emperadores. Por Roma también pasaron una serie de monarcas que  contribuyeron enormemente a la decadencia de un imperio histórico. Muchos de ellos fueron borrados de los propios registros romanos y se comportaron en ocasiones, o a lo largo de su reinado, como auténticos bárbaros.

El pedófilo Tiberio

Uno de los mandatos más oscuros de Roma llegó con Tiberio (14-37 d.c.). este emperador consolidó la riqueza de Roma y su poder a lo largo de toda Europa. Según los textos, Jesús fue crucificado durante su mandato en Roma, algo que lo ha perseguido durante todo su legado.

Pero de Tiberio destacaban las crónicas su carácter tímido pero cruel. Según Suetonio, el emperador mandaba a gente de su corte a violar a mujeres vírgenes para luego estrangularlas, ya que la ley prohibía estrangular mujeres que no hubiesen perdido la virginidad.

El propio historiador cuenta que en su villa de Capri, Tiberio practicó todo tipo de actos sexuales como el sadomasoquismo, el voyerismo y la pedofília. El emperador tenía varios jóvenes de corta edad que jugaban en el baño con él y «le daban placer con la boca», tal y como cuenta Suetonio en sus crónicas.

Calígula (37 – 41 d.c.)

No fue mucho peor la sucesión en Roma después de Tiberio. Calígula se hizo con las riendas de Roma, y fue considerado uno de los peores emperadores romanos de la historia. Calígula tenía insomnio y se dedicaba a hablar con la luna por las noches, además de pasear por palacio asustando a todo aquél que se encontraba.

Se consideró una deidad, y cuando llegó al poder se encontraba muy enfermo, sobre todo por las enormes bacanales y orgías que se producían en sus villas donde mujeres y esclavos eran humillados violentamente. Cuando estuvo en el poder, y recobró un poco la salud, mandó matar a una serie de personas que habían prometido dar su vida si se curaba.

Cómodo, y la decadencia de Roma (177 – 192 d.c.)

El emperador Cómodo se creía una especie de Hércules en la antigua Roma. Por esto mandó construir imágenes por toda la ciudad que le rendían culto. Le gustaba matar, y en varias ocasiones bajó a la arena del Coliseo para luchar contra los gladiadores. Siempre ganada y sometía a estos a numerosas torturas.

Era sabido que Cómodo ataba a los soldados con alguna amputación en el centro de la arena para matarlos él mismo con su espadas. Fue tan odiado que su propio maestro de lucha lo asesinó estrangulándolo en la bañera. Se dice que con la llegada de Cómodo, como uno de los emperadores romanos más odiados, comenzó la decadencia de Roma.

Heliogábalo (218- 222 d.c), el emperador prostituto

Pocos años duró el emperador Heliogábalo en el poder. Ascendió con 14 años al trono de Roma, y esto le supuso tener que lidiar con muchos asuntos aún siendo muy joven.

Según el historiador Dion Casio, al emperador le gustaba pintarse los ojos, pasear con peluca y depilarse. Aunque se casó con cinco mujeres, eran habituales sus prácticas homosexuales por los tugurios más fríos de Roma, e incluso en el propio palacio.

Su conducta le llevó a la muerte cuando un guardia pretoniano, avergonzado con su emperador, lo decapitó y lo paseó por toda Roma para vergüenza de todo el pueblo. Solo tenía 18 años.