Historia
Imperio romano

El día en que los partos derrotaron a los romanos

El día en que los partos derrotaron a los romanos en Carrhae no solo fue una victoria militar, sino un símbolo de resistencia y astucia estratégica.

Organización del ejército romano

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¿Por qué ganaban los romanos las batallas?

  • Francisco María
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El Imperio parto o Imperio arsácida fue una de las culturas iranias más importantes e influyentes del antiguo Irán. A medida que los partos se expandían hacia el oeste, entraron en conflicto con el reino de Armenia y, finalmente, con la República romana tardía. Los partos y los romanos se enfrentaron en varias guerras consecutivas que duraron casi tres siglos. Luchaban por Siria, Mesopotamia y Armenia, territorios que pasaron de manos partas a romanas y viceversa, en numerosas ocasiones.

Una de las más grandes derrotas que sufrió el Imperio romano en este periodo fue en la batalla de Carras, cuando los partos derrotaron al general Marco Licinio Craso, un acaudalado aristócrata romano.

La campaña de Craso en Partia

Marco Licinio Craso era un general romano integrante del “primer triunvirato” que tenía como misión principal conquistar Siria para consolidar la expansión romana. Al invadir el reino parto, Craso se convertiría en un victorioso general como sus colegas Julio César y Pompeyo y obtendría un importante rédito económico.

Craso salió de Roma en el año 55 a. C. sin una verdadera causa para iniciar una guerra. El procónsul dedicó el primer año y medio de su gobierno en Siria a recaudar impuestos y saquear para obtener fondos, incluyendo, el tesoro del templo de Jerusalén. Durante el año 54 a. C., Craso llevó a cabo varias incursiones en territorio parto que le permitieron ocupar diversas ciudades de población helénica sin oposición alguna, con excepción de Zenodotium.

Finalmente, en el año 53 a.C., el adinerado militar se decidió a llevar a cabo la invasión militar en la capital Parta. En un principio su plan era seguir el curso del río Éufrates para atacar Seleucia y recibir el apoyo de la población, que era mayormente helénica.

La propuesta fue desechada por sugerencia de Abgaro, un general que, aunque comandaba tropas en el ejército de Craso, apoyaba en secreto a los partos, desvelando información al ejército parto sobre los movimientos romanos. Siguiendo las sugerencias de Abgaro y el rey árabe Ariamnes, Craso se adentró en territorio parto a través del desierto, sin advertir las graves consecuencias de sus malas decisiones.

La batalla de Carras

El 9 de junio del año 53 a.C., el ejército romano, formado por siete legiones, cuatro mil soldados de infantería y cuatro mil caballeros, al mando de Marco Licinio Craso, acompañado de su hijo Publio y de Gayo Casio se enfrentó al contingente ejército parto, liderado por el general Surena, el noble más importante del Imperio parto.

Una vez que los dos ejércitos se encontraron en el desierto cercano a la ciudad de Carras, la actual Harran, en Turquía, se dio inicio a la contienda. Los romanos soportaron el continuo ataque de proyectiles por parte de los partos con la intención de que se quedaran sin proyectiles. Sin embargo, el ejército parto contaba con una contingente de mil camellos cargados con alforjas repletas de flechas, de modo que los soldados podían recargar sus aljabas siempre que fuese necesario.

Para conseguir una ventaja, los romanos intentaron acercarse a los arqueros a caballo, pero estos escapaban velozmente a la vez que llevaban a cabo el famoso “disparo parto”. Fue entonces cuando Craso decidió enviar a su hijo Plubio Craso y sus tropas al frente del combate para buscar un enfrentamiento directo con el enemigo. Al principio la maniobra tuvo buenos resultados, pero la consiguiente retirada de los partos era sólo una estrategia.

Estrategia de los partos

Los partos, liderados por el general Surena, utilizaron una estrategia de combate que se basaba en la movilidad y el uso de la caballería pesada, conocida como los «cataphractos». Estos guerreros estaban equipados con armaduras completas, lo que les permitía resistir los ataques romanos mientras lanzaban sus flechas desde la distancia. La famosa táctica de «fuego y retirada» que emplearon les permitió desgastar a las fuerzas de Craso, quienes estaban acostumbrados a la lucha frontal.

El desenlace

La caballería de partos rodeó todas las tropas de Publio que, tras el feroz ataque de los arqueros, resultaron todos muertos, incluyendo al hijo de Craso. Durante el tiempo que duró esta batalla, el grueso del ejército romano tuvo un respiro que les permitió recuperar la moral, pero los legionarios no lograron entablar un combate directo que les permitiera ganar ventaja.

La batalla concluyó con una terrible derrota para los romanos, sobre todo, por la manera en que se realizó la retirada. Muchos de los heridos fueron abandonos y cuatro cohortes de legionarios que se separaron del ejército fueron cazados y apresados por los partos. El general Craso fue interceptado y asesinado, mientras que unos veinte mil soldados perdieron la vida.

La victoria parto no solo fue un golpe devastador para Roma, sino que también sentó un precedente sobre la capacidad de los pueblos no romanos para resistir y derrotar a un imperio que parecía invencible. La batalla de Carrhae sigue siendo un recordatorio de que la guerra no solo se gana con números, sino también con estrategia y conocimiento del terreno.

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