Gastronomía

Las impresionantes imágenes del fuego que protege a los viñedos

Son varias las zonas vitícolas de España que están siendo afectadas por las heladas. En regiones como Burdeos o Borgoña, los termómetros han disminuido hasta los 7 grados bajo cero. Una ola de frío histórica que está provocando importantes daños ya que los viñedos se encuentran en plena brotación. El fuego está siendo el mejor aliado para paliar los efectos.

¿Qué métodos se usan para luchar contra el frío?

Intentar paliar los efectos de las inclemencias del tiempo es algo que se realiza desde hace 2000 años. Ya los romanos quemaban los restos de la poda y otros combustibles para calentar los viñedos. En la actualidad se utilizan esta variedad de métodos:

El uso de calor artificial como el que producen las estufas o calentadores es uno de los más empleados. Pero resulta caro por su reducida efectividad: se pierde rápidamente en un espacio tan abierto y amplio como el de un viñedo. La cantidad de calor del fuego que permanece a 3 metros del fuego es 1/9 de la que hay a 1 metro. Además hay que añadir el coste de mano de obra: se necesitan operarios para rellenar los calefactores a medida que el combustible se consume. Teniendo en cuenta que se colocan de 80 a 100 aparatos por hectárea (llegando a los 170 si el sistema es de propano) uno puede hacerse a la idea del trabajo -y desembolso- que este método supone.

¿Cómo afecta el hielo a la vid?

Con la llegada de las buenas temperaturas crecen las primeras hojas y las yemas se despliegan. Cuando hay una ola de frío los brotes aguantan hasta cierto punto; el problema es que si la savia de la planta se convierte en hielo esta se quema desde dentro. Por eso uno de los métodos que se utiliza es el de regar las vides: se crea una capa de hielo por fuera que protege el brote. Perder la cosecha de este año no es la única consecuencia de las heladas. Supone que en los años posteriores – 2 o 3 años – la producción también queda muy mermada.

Las consecuencias de una helada

Se calcula que cada año se pierde entre el 5 y 15% de la producción mundial por las heladas. Los destrozos dependen de la región y pocas zonas vitícolas se libran. Hasta Suiza también han llegado las heladas, como informa Georg Bregy, presidente del sindicato Fruit-Union: «ha sido la helada más devastadora en 40 años. Es una perdida de rendimiento tal que amenaza la existencia de las explotaciones». En Francia, la situación es aún más grave. “Por lo menos un tercio del viñedo se ha perdido. Ya no vale la pena ni saber lo que queda, porque no somos rentables. Los viñedos llevaban tres semanas de adelanto en su crecimiento y los brotes ya estaban bien desarrollados. La congelación lo ha destruido todo: los brotes están muertos. La memoria de los viticultores no recordaba nada igual, nadie había experimentado jamás una helada tan radical”.

Si el año pasado el país galo perdió un 10% de su producción por las condiciones climatológicas, este año la región de Champaña lleva ya el 25% de pérdidas. En Burdeos los sindicatos agrícolas afirman que los daños se extienden a 115 mil hectáreas. Para algunos viticultores esto supone entre un 50 y un 100% de pérdidas.