España
Crisis del coronavirus

La vacuna elegida para los policías provoca bajas laborales en Cataluña, País Vasco y Murcia

El medicamento de AstraZeneca ya se está administrando en varios cuerpos policiales y además de las molestias generalizadas hay casos de bajas masivas que han puesto en riesgo los turnos de servicio.

  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

El cuerpo de los Mossos d´Esquadra fue el primer estamento policial que empezó a vacunar a sus agentes con la polémica vacuna que está generando división y desconfianza en varios países de Europa. Agrupaciones profesionales aseguran que tras detectarse un número creciente de bajas hubo que hacer una pausa en su administración. Agentes de la Ertzaintza y policías locales de Cartagena también sufrieron reacciones al compuesto de AstraZeneca, el elegido por Sanidad para ser la vacuna de los policías.

“Esto pasa por vacunarnos a todos a la vez”. Es la letanía más repetida estos días entre los primeros cuerpos policiales que están siendo vacunados en España. La desconfianza generada entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por la vacuna elegida para ellos por el Ministerio de Sanidad se ha visto más que justificada ante las primeras consecuencias en las plantillas policiales a las que se ha administrado el fármaco. Era de esperar que hubiera efectos secundarios, pero en según qué casos ha preocupado que estos se manifestaran de forma tan inmediata y en un número mayor al esperado.

Los primeros en inmunizarse fueron los Mossos d´Esquadra, quienes habilitaron varias comisarías a lo largo y ancho de Cataluña para inocular vacunas a todos los agentes que tuvieran menos de 55 años. El plan de vacunación iba a buen ritmo, pero la reacción de decenas de agentes ante el medicamento hizo necesario detener el proceso de inmediato. Fuentes policiales aseguran que los responsables de Interior en Cataluña temieron una oleada de bajas laborales en puertas de las elecciones autonómicas del pasado 14 de febrero. Un centenar de agentes de los Mossos se tuvieron que pedir la baja ante los síntomas desarrollados tras recibir la dosis correspondiente de la vacuna.

Tres cuartos de lo mismo sucedió en los otros dos cuerpos policiales autonómicos del país, la Policía Autónoma Vasca y la Policía Foral de Navarra. Ambos cuerpos, muchísimo más humildes en cifras de la policía catalana, también notó los efectos de la vacuna en sus filas. De hecho, los navarros tuvieron episodios de fiebres altas a las pocas horas de recibir la dosis de AstraZeneca y en el País Vasco pasó igual con los primeros agentes que se inyectaron el fármaco: malestar, fiebre, dolor muscular. Una serie de síntomas que incapacitó a varios agentes de manera al menos temporal.

En otros cuerpos policiales mucho más humildes, como es el caso de las policías locales, la incidencia de bajas ha sido mucho mayor, como ha ocurrido en la Policía Local de Cartagena, que al día siguiente del primer día de vacunación vio como una docena de sus agentes avisaba a la central para decirles que no podían ir a trabajar por diferentes síntomas relacionados con la vacuna.

Miedo o responsabilidad

Poco a poco la misma vacuna va llegando a diferentes cuerpos policiales dependiendo de las comunidades autónomas, y en según qué lugares se están produciendo episodios como poco estrafalarios. Con OKDIARIO ha contactado un agente de la Guardia Civil que se ha vacunado. “El problema es que tengo 54 años y 10 meses. Cumplo 55 en abril, así que tuve que elegir entre un acto de responsabilidad y vacunarme con esta vacuna pese a los temores que me generan o negarme a que me la pongan”. Cabe recordar que los agentes pueden negarse a ser vacunados pero en ningún caso podrán ser vacunados con otro medicamento que no sea el de AstraZeneca.

Las consecuencias de la vacunación en los agentes policiales han provocado que varios cuerpos miren con algo más que con recelo al proceso de vacunación. Como ejemplo tomemos lo que ha sucedido en Marbella. Allí los policías locales se han plantado y le han mandado una durísima carta al responsable de recursos humanos del ayuntamiento. La queja de este cuerpo policial es extrapolable a otros de ámbito local que se sienten minusvalorados en el orden de vacunación y en el medicamento escogido: “en muchas Ciudades somos el cuerpo de policía que llega en primer lugar y más directamente al ciudadano, en la actualidad estamos realizando controles domiciliarios de positivos Covid, servicios en ambulatorios, hospitales y lugares habilitados tanto para pruebas Covid como para vacunación, y a pesar de ello no se nos tiene en cuenta. Es por ello por lo que presentamos este escrito a modo de protesta”.

Estos agentes se fijan también en lo ocurrido fuera de nuestras fronteras con la vacuna destinada a los policías. Suiza no acepta el uso de AstraZeneca en su país, en Francia han paralizado su uso, en Alemania es residual el porcentaje de los que la aceptan y para colmo en el país donde se sintetiza el 97% de las vacunas administradas son de Pfizer.