El ‘unabomber’ jubilado mostró «falta de sinceridad» en la carta de amenaza que envió a Sánchez
La Policía acumula seis pruebas definitivas contra el jubilado
El jubilado de las cartas bomba compró en Amazon el material para fabricar los explosivos
El jubilado que envió cartas bomba a Sánchez tenía propaganda de ETA y un póster de La Pasionaria
El informe grafológico de la Policía Científica sobre el jubilado que envió, presuntamente, seis cartas incendiarias a Moncloa, Defensa, la Embajada de Ucrania, la Embajada de Estados Unidos, la empresa Instalaza y el Centro de Satélites de Torrejón de Ardoz (Madrid), deja claro que la escritura presenta «una evidente falta de espontaneidad y de sinceridad, lo que se demuestra por el sistema de construcción empleado, trazo a trazo, con predominio del formato versal (…) paradas frecuentes, reenganches y correcciones, elementos todos ellos que pueden indicar un intento de ocultar el estilo habitual de escritura».
El informe remitido a la Audiencia Nacional por la Policía Nacional sobre las investigaciones realizadas por la Brigada de Información y la Policía Científica desvela que se reunieron hasta siete indicios contra Pompeyo González, de 74 años, detenido este miércoles acusado de estar detrás de los envíos de cartas rellenas de material explosivo.
La primera prueba contra el jubilado se encontró en las cámaras de seguridad del CTA de Correos: «El día 21-11-2022 a las 18.20.10 horas el dirigido a la Presidencia del Gobierno». El resto se fueron encontrando en los días sucesivos hasta que se encontró el enviado a la Embajada de Estados Unidos el día 30 de noviembre de 2022, a las 18.55.44 horas.
Los sobres de cartón fueron matasellados de «forma parcial por el CTA de Valladolid, código número 47, lo que permitió constatar, con alto grado de probabilidad, que todos ellos partieron de la provincia de Burgos». Además lo sellos sólo pudieron comprarse en dos estancos de la ciudad de Burgos, uno en la calle San Pablo y otro en la calle Sombrerería.
El primer error grave de Pompeyo fue comprar 25 sobres a la misma empresa que los comercializa, www.sobres.es, el mismo día, el 5 de noviembre de 2022. Esto se convirtió en el tercer indicio contra él.
La cuarta prueba fue todo el material adquirido desde su dirección de Internet en Amazon, de lo que informó OKDIARIO este miércoles, un kilo de nitrato potásico puro, cable con mecha, interruptores, filamentos de cobre, etc. Y todo lo hizo entre octubre y noviembre de 2022. También compró en las mismas fechas «plantillas para dibujar números y letras del abecedario».
Con los sobres recibidos Policía Científica determinó que la escritura presentaba esta «falta de espontaneidad y de sinceridad». Además, «las bisagras adquiridas, de tamaño 23×25, son iguales a las empleadas para elaborar las cajas que contenían los artefactos explosivos» e incluso la broca encontrada en el domicilio de Pompeyo es similar a la «utilizada para perforar los dos orificios, de un tamaño de dos y cuatro milímetros, que presentaba una pieza de aluminio del artefacto remitido a la embajada de Ucrania». Este es el quinto indicio que hay contra el jubilado detenido el miércoles.
La sexta prueba, que es objetiva, se refiere al tráfico en Internet y confirmó que las direcciones IP de Pompeyo coincidían con las usadas para comprar los materiales empleados en la construcción de los sobres bomba en Amazon y entrar hasta siete veces en las webs de Presidencia del Gobierno entre otras, pero también en la de las embajadas de EEUU y Ucrania. ¿Por qué? La respuesta es fácil, buscaba las direcciones postales de los organismos para mandar las cartas bomba.
El ADN es sin duda la prueba objetiva que más incrimina a Pompeyo, ya que sus restos se encontraron en los sellos de los sobres y en los vestigios de los sobres que no resultaron explotados por los Tedax, las «partes internas de los artefactos explosivos». Esas muestras fueron cotejadas con las obtenidas en «una bolsa de residuos que depositaba en un contenedor cercano a su domicilio, que fue trasladada (…) hasta las dependencias de la Comisaría General de Policía Científica».