Susana Díaz, la ‘sultana’ obligada a conservar el monocultivo socialista en Andalucía
Las elecciones andaluzas se han convertido en un reto personal y político tras la derrota ante Sánchez por el liderazgo del PSOE
Susana Díaz necesita conservar la presidencia de Andalucía para seguir en la carrera política
Susana Díaz (Sevilla, 1974) se enfrenta de nuevo a las urnas. Después de ser derrotada hace año y medio por Pedro Sánchez en la disputa por el liderazgo del PSOE, y ahora con su rival mirándola de reojo desde la presidencia del Gobierno, la ‘sultana’ andaluza encara el reto de mantenerse en un palacio de San Telmo siempre ocupado por un presidente socialista desde la restauración democrática.
Madre de un hijo y sin trabajo fuera de la política desde que a los 17 años se inscribiera en las Juventudes Socialistas de Andalucía, Susana Díaz escaló todos los puestos del partido en la región hasta que José Antonio Griñán, hoy en el banquillo por el caso de los ERE fraudulentos, decidiera ungirla como su sucesora en 2013.
La cita del 2 de diciembre es para Díaz un reto político… y personal. Ella trata de desligar estos comicios de cualquier connotación ajena a la realidad andaluza (“Ahora toca hablar de Andalucía y de los problemas de Andalucía”, insiste), pero lo cierto es que los ha convocado midiendo al detalle cómo la agenda nacional no pudiera perjudicarla. Y, sobre todo, que su candidatura no se viera contaminada por la polémica coalición de intereses (desde Podemos al independentismo y los proetarras) que sostiene a su antagonista en las filas socialistas. Un Pedro Sánchez que ahora contempla la encrucijada de Díaz desde el palacio de La Moncloa, sin necesidad de haber pasado por las urnas.
Susana Díaz está obligada a conservar la presidencia de Andalucía para seguir en la carrera política. Se mide con la historia (Andalucía es la única región española que ha sido gobernada siempre por el PSOE) y con Sánchez en la distancia. Si no lo tuvo fácil hace cuatro años, todo indica que no será mejor ahora. Sus dos socios potenciales arrancan la campaña distanciándose de cualquier pacto futuro. Ciudadanos ha anunciado que no volverá a repetir el apoyo que le ha ofrecido hasta hace unas semanas y Podemos asegura que pondrá su cabeza como condición para apoyar un gobierno de izquierdas.
Se mide con la historia (Andalucía es la única región española que ha sido gobernada siempre por el PSOE) y con Sánchez en la distancia
La ‘sultana’ andaluza sabe que la mayoría absoluta está descartada desde que colapsó el bipartidismo, pero observa estas amenazas como los fuegos de artificio previos a toda cita electoral. No le faltan razones. Si Díaz gana (no hay ninguna encuesta que pronostique lo contrario) y el PP no suma con Ciudadanos, la presidenta seguirá teniendo la sartén por el mango. Salvo que Teresa Rodríguez (Podemos) o Juan Marín (Ciudadanos) rompan su compromiso, lo peor a lo que se arriesga Díaz es a una situación de bloqueo que desemboque en nuevas elecciones. Un escenario parecido al que vivió Rajoy, donde la repetición electoral terminó fortaleciéndole frente a sus adversarios.
Las elecciones llegan para Díaz con sus dos predecesores en San Telmo, Manuel Chávez y José Antonio Griñán, en el banquillo de los acusados por su implicación en el fraude de los ERE, la malversación de decenas de millones de ayudas que debían estar destinadas a los parados. Precisamente es el paro, o mejor dicho, sigue siendo el paro, el gran problema de Andalucía. Y el empleo, el primer reto que reconoce Díaz.
Entre el paro y el ‘gratis total’
Cuarenta años ininterrumpidos de políticas socialistas no han sacado a Andalucía de la cola en los índices de bienestar que permiten analizar el progreso registrado en España en las últimas cuatro décadas. Tres datos: Andalucía es la región con la tasa de paro más alta de España (22,9%); de las 15 ciudades con más paro de España, 13 son andaluzas; y Linares (Jaén) es el municipio de España con la tasa de desempleo más alta (39%).
Para compensar las críticas a que Andalucía figure también en el furgón de cola en materia de enseñanza, con sus alumnos últimos de toda España en dos de los tres ratios que mide el informe PISA, Díaz acaba de prometer la gratuidad de los libros de texto también para alumnos de 3 a 6 años. Días antes había anunciado que los andaluces no tendrían que pagar por ver la televisión en los hospitales públicos, mientras su gobierno no logra atajar el problema de las listas de espera.
Gratuidad, subsidio y subvención, pilares de todo régimen clientelar. El que después de 40 años de monocultivo socialista Susana Díaz se propone renovar para el PSOE… y para mantener viva su carrera política por si algún día se le presenta de nuevo la oportunidad de aspirar al liderazgo del PSOE.
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