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Sánchez va en Falcon a Asturias para exigir a la industria que abandone el carbón y se haga sostenible

El Falcon de Pedro Sánchez.
El Falcon de Pedro Sánchez.
Pelayo Barro

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha desplazado este martes hasta Asturias para presentar su plan de descarbonización para la industria y exigir el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad medioambiental. Un viaje de ida y vuelta que ha realizado a bordo del avión Falcon, que contamina el equivalente a 550 coches diésel y contraviene la prohibición de vuelos cortos que propone el Ejecutivo del PSOE y Podemos.

Sánchez ha incluido los hornos metalúrgicos de Arcelor Mittal en Asturias en su hoja de ruta verde. La multinacional se ha comprometido con el Gobierno socialista a invertir 1.000 millones de euros para cambiar el carbón por el hidrógeno como combustible para sus hornos.

El líder del Ejecutivo ha vendido este acuerdo como un avance en su plan de reducción de emisiones, una de las principales arterias de su estrategia ‘España 2050’. Sin embargo, Sánchez no ha dado ejemplo de esa sostenibilidad que ha exigido a la industria metalúrgica asturiana: se ha trasladado a Asturias en Falcon.

La aeronave del presidente despegó a primer ahora de la mañana de la base militar de Torrejón de Ardoz y aterrizó 50 minutos después en el aeropuerto de Ranón. Desde allí, la comitiva presidencial se trasladó en vehículos hasta Gijón para acudir al acto, en el que ha estado acompañado del presidente asturiano Adrián Barbón, apoyo incondicional de Sánchez.

En Falcon y helicóptero

Unas horas después, alrededor de las cuatro de la tarde, el Falcon aterrizaba de vuelta en Torrejón con el presidente a bordo. Le esperaba en la base el helicóptero SuperPuma para trasladarle de vuelta a La Moncloa. Cabe recordar que todos esos trayectos para coger el Falcon en Torrejón se acompaña de tres vuelos más en helicóptero, que sale vacío desde la base de Cuatro Vientos hacia Moncloa, recoge al presidente para llevarle a Torrejón y retorna a su base de Getafe.

Toda esa huella medioambiental que producen esos vuelos, siendo el medio de transporte más contaminante, es precisamente la que ha llevado al Gobierno de Sánchez a proponer la prohibición de los vuelos cortos dentro de la Península. Los mismos que el Ejecutivo realiza casi a diario.

Una flota de 550 coches diésel

El uso del Falcon 900B por parte de Pedro Sánchez provoca una contaminación importante por las grandes emisiones de CO2 que expulsan sus tres motores. Esta huella medioambiental ha sido calculada por el profesor de ingeniería industrial de la Universidad de Salamanca Juan Ramón Muñoz Rico, que  mediante diversas fórmulas matemáticas ha obtenido la cantidad aproximada de CO2 que se emite a la atmósfera en un viaje en Falcon 900B.

El profesor Muñoz Rico ha calculado mediante diversas ecuaciones la reacción química “de la combustión completa y estequiométrica” para hallar cuál es la cantidad de CO2 que emite el Falcon. Mientras un motor diésel de gama media produce 2,6 kilogramos de CO2 por cada litro de combustible que quema, las emisiones generadas por un Falcon son 550 veces más. Es decir, que un viaje de Sánchez a Asturias como el de este martes ha contaminado lo mismo que ese más de medio millar de coches diésel.

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