España
Congreso de los Diputados

Sánchez monta con ERC y Bildu una comisión contra el «odio ideológico» para criminalizar a PP y Vox

En plena ofensiva contra la "máquina del fango", el PSOE impulsa un órgano para perseguir los "discursos de odio"

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Partido Socialista impulsará este jueves en el Congreso de los Diputados una subcomisión contra los «discursos de odio», en plena ofensiva de Pedro Sánchez contra lo que califica de «máquina del fango». Para sacar adelante este nuevo órgano parlamentario que, entre otras funciones, articulará «medidas de respuesta social y política» frente a estos mensajes, el PSOE se apoya en sus socios habituales, como Bildu y los partidos separatistas. Los «discursos de odio» a los que se alude en la iniciativa recogen no sólo aquellos por racismo y xenofobia -los más habituales-, de orientación sexual o identidad de género, sino también los «delitos de ideología».

Bajo este concepto tan genérico, los socialistas abren la puerta a perseguir un sinfín de conductas y mensajes con los que habitualmente cargan contra la oposición.

De hecho, el PSOE ha registrado también en el Congreso una proposición no de ley -«en defensa de la convivencia democrática, la tolerancia y el respeto, y contra los discursos de odio»-, en la que señalan directamente a otros partidos.

«El tsunami de odio que está recorriendo los países europeos es consecuencia del auge de las formaciones populistas de extrema derecha y de la propagación de sus mensajes claramente alarmistas, denigrantes y excluyentes», argumentan los socialistas.

En la misma iniciativa, destacan también que «los representantes públicos tienen una función y una responsabilidad esencial en la lucha contra la incitación al odio y la intolerancia» y  por ello consideran que deben «abstener de realizar cualquier declaración pública que fomente e incite al odio». Una clara advertencia a la oposición. De hecho, Sánchez ha utilizado el término «odio» para referirse a los recientes escándalos sobre su mujer, Begoña Gómez, o su hermano. Una ofensiva que el PSOE enmarca en el «compromiso con la promoción de la convivencia pacífica». 

Cabe recordar, además, que en su denuncia sobre la piñata apaleada en Ferraz durante las protestas contra la Ley de Amnistía -finalmente archivada-, el PSOE alegó un posible delito de «incitación al odio por su ideología política». Como este tipo penal sólo puede aplicarse contra colectivos vulnerables, el PSOE alegaba haber sido perseguido durante la dictadura franquista y destacaba que, en la protesta, se habían lanzado mensajes con «un lenguaje sacado de épocas pasadas», como el «rojos de mierda» o «feliz 1936» lo que, según el partido de Pedro Sánchez, suponía un «señalamiento ideológico» contra los socialistas. En la denuncia se alegaba también que esos mensajes excedían «la crítica política» para situar al PSOE y a Sánchez «en el objeto de la diana de una exaltación de conductas con tintes violentos, de odio, hostilidad y discriminación».

En su exposición para justificar esta subcomisión en el Congreso, el partido de Pedro Sánchez indica que «el motivo» que les lleva a crearla es «la preocupación por el incremento de los discursos de odio y por las consecuencias que estos tienen sobre las personas».

Su objetivo es llevar a cabo una «evaluación cuantitativa y cualitativa de los discursos de odio en nuestro país», dónde se originan, cómo se emiten, y por qué aumentan, así como sus efectos.

Igualmente, se propondrán «medidas de respuesta social y política» y «herramientas jurídicas para proteger a los grupos en situación de
vulnerabilidad», además de otras para «sensibilizar» a la sociedad o «mecanismos para promover una justicia restaurativa».

La subcomisión estará formada por quince miembros, de los que tres pertenecerán al PP, otros tres al PSOE, dos a Vox, dos a Sumar y uno de cada uno del resto de grupos parlamentarios, como los separatistas o Bildu.

«Odio»

En sus últimas intervenciones, Pedro Sánchez acusa al PP y Vox de propagar el «odio» para justificar un plan de «regeneración democrática» que presentará el próximo mes de julio.

En su discurso tras los cinco días de «reflexión» sobre su continuidad en La Moncloa, arremetió, por ejemplo, contra un «movimiento reaccionario» que, afirmó, «aspira a imponer su agenda regresiva mediante la difamación y la falsedad, el odio y la apelación a miedos y amenazas».

Entonces, acusó a la oposición de difundir «bulos deliberados» y anunció una «reflexión colectiva» para «abrir paso a la limpieza». Según Sánchez, «llevamos demasiado tiempo dejando que el fango coloniza impunemente la vida política, la vida pública, contaminados de prácticas tóxicas inimaginables hace apenas unos años».

El jefe del Ejecutivo prepara ya ese plan de «limpieza», que afectará, entre otros, al Poder Judicial y los medios de comunicación. En el caso de la prensa, Sánchez ha avanzado que incluirá una reforma del derecho al honor y la rectificación. Según el socialista, porque es necesario «acabar con la impunidad» de lo que llama «pseudomedios». Es decir, aquellos que publican informaciones críticas contra él y Begoña Gómez.