España

El Rey desmonta los argumentos falaces de los independentistas catalanes

Una vez más, tuvo que ser el Rey el que pusiera los puntos sobre las íes y hacer frente a la falacia que los que se sientan en el banquillo de los acusados del procés repiten sin escrúpulo alguno al afirmar que para ellos la democracia está por encima de la Ley y del Derecho. Mientras que los políticos de las diferentes fuerzas representadas en el Parlamento se dedican a intercambiar acusaciones y echarse en cara todo tipo de infamias –verdaderas o falsas- que nos hacen presagiar la nefasta campaña electoral que se avecina, Felipe VI puso una enorme dosis de sentido común con sus palabras en el Congreso Internacional de Juristas celebrado en Madrid esta semana.

Afirmar con rotundidad ante los profesionales más prestigiosos del mundo occidental que “no es admisible apelar a una supuesta democracia por encima del Derecho, pues sin el respeto a las leyes no existen ni convivencia ni democracia, sino inseguridad, arbitrariedad y, en definitiva, quiebra de los principios morales y cívicos de la sociedad”, es hacer frente sin temor a críticas al falaz argumento con el que los independentistas catalanes juzgados en el Tribunal Supremo pretenden justificar sus graves delitos. Eso es precisamente lo que hizo el Rey de forma inequívoca, para que nadie se llame a engaño y se sepa con certeza que el argumento con el que los implicados en el referéndum del 1 de Octubre de 2017 es torticero y falso de toda falsedad.

Pero no acaba aquí la necesidad del monarca de hacerse acopio de grandes dosis de paciencia y entereza frente al independentismo catalán sino que parte del fin de semana don Felipe deberá prepararse para hacer frente de nuevo a una serie de desaires y actos de falta de respeto que, sin duda, deben estar preparándole de nuevo los responsables de la Generalitat de Cataluña, del Parlament catalán y del Ayuntamiento de Barcelona para los actos de apertura del Mobile World Congress 2019 que comienza este domingo en la capital catalana.

El presidente Quim Torra, el del Parlament, Roger Torrent, y la alcaldesa Ada Colau deben estar maquinando hace días cómo dejar claro ante el Rey que ellos no son partidarios de la monarquía parlamentaria, ni de la subordinación de la Generalitat al Estado español y que eso les da luz verde para ser maleducados e irrespetuosos con la primera autoridad de la nación. Una actitud imperdonable y más aún, agravada el año anterior en el caso de Colau al decirle en privado a don Felipe que ella no tenía nada contra él pero que estaba en desacuerdo con la institución de la Corona. La ambigüedad típica de alguien que intenta inútilmente estar a bien al mismo tiempo con Dios y con el diablo.