El rechazo a controlar el alquiler subleva a los socios de Sánchez: “O la ley de Iglesias o ruptura”
Iglesias defiende que la Ley de Vivienda "es vital" para el arranque de su campaña electoral en Madrid
La Ley de Vivienda, que impulsa el Ministerio de Transportes, Agenda Urbana y Movilidad, amenaza con romper la estabilidad del Gobierno. El titular de esta cartera, José Luis Ábalos, respaldado por la vicepresidenta económica Nadia Calviño, se niega a regular el mercado del alquiler, como le exigen sus socios de Podemos y, en especial, el dimitido Pablo Iglesias. Este mismo jueves el número tres del Ejecutivo ha sido tajante, en un acto en la sede de su ministerio, afirmando que «no cumplir con los acuerdos es faltar al respeto a los ciudadanos, y Podemos no va a tolerar faltar el respeto a nadie». Aviso tajante con un tono de voz más elevado que el usado esta mañana por su compañera Irene Montero.
El líder de la formación morada, que vive sus últimos días en Moncloa, ha hecho de la regulación de los precios del alquiler de la vivienda, su promesa estrella. Es por eso que se resiste a irse del Ejecutivo sin lograr sus objetivos. Más cuando se marcha para ser candidato a unas elecciones como las de Madrid, donde las encuestas les auguran un mal resultado. A las presiones podemitas se unen las de los socios que garantizan la estabilidad del Gobierno, ERC y Bildu, que han amenazado al PSOE con no respaldar la ley en el Congreso. «O la propuesta de Iglesias o ruptura», han advertido.
En el departamento de Ábalos recuerdan que «estamos en una negociación», aunque reconocen que el margen de maniobra, respecto a lo que exigen los podemitas (el control de los precios del alquiler), es escaso. Más aún con el calendario que plantean sus socios por la salida de Iglesias del Ejecutivo. Los podemitas quieren aprobar el anteproyecto en el Consejo de Ministros antes del cese definitivo del vicepresidente segundo, que podría producirse en cuestión de días. En el entorno del secretario general de la formación morada reconocen que el logro en la Ley de Vivienda «es vital» para el arranque de su campaña electoral en Madrid. Podemos quiere limitar el precio del alquiler y no una rebaja fiscal, como proponen sus socios del PSOE.
Las inminentes elecciones madrileñas marcarán el devenir de esta propuesta que los dos socios comprometieron en el acuerdo de coalición y que vienen demorando en los últimos meses por la falta de acuerdo. Hace varias semanas que Podemos presiona para su aprobación en la reunión del gabinete ministerial, algo que no ha ocurrido por la incapacidad de llegar a un pacto que convenza a todas las partes. En la última reunión, celebrada este jueves, entre el director general de Vivienda, David Lucas, y la Secretaria de Estado de la Agenda 2030, Ione Belarra, ambos se levantaron con posiciones muy alejadas. Y con críticas de los socialistas a la posible ministra.
Calviño defiende la propuesta de Ábalos
Este jueves, en una entrevista en Onda Cero, la vicepresidenta tercera y Ministra de Economía, Nadia Calviño, ha defendido que la propuesta del ministro Ábalos que disgusta a Podemos «es muy razonable para cumplir el acuerdo de gobierno que quiere evitar el aumento desproporcionado de los costes de los alquileres”. De hecho, ella es la principal opositora a los cambios en el alquiler que exige su compañero Pablo Iglesias.
Calviño reivindica que “más que los eslóganes, vayamos a la sustancia” sobre las medidas propuestas, aunque reconoce que el anteproyecto genera tensiones entre el PSOE y Podemos. La vicepresidenta recuerda que “no hay una solución milagrosa que vaya a resolver de golpe todos los problemas». La vicepresidenta segunda ha aprovechado para poner en valor las políticas en materia de vivienda impulsadas durante estos meses facilitando el acceso de los jóvenes al mercado inmobiliario, la protección de los propietarios y se ha actuado con las viviendas turísticas y la Sareb”.
Riesgo de ruptura
El riesgo de ruptura entre los socios de Gobierno es cada vez más real e inminente. Ya hace semanas que desde el PSOE avisan que «la situación es insostenible». Y aunque tratan de proyectar unidad y confianza entre ellos, de puertas hacia dentro la realidad es bien distinta. Socialistas y podemitas no hacen más que torpedearse constantemente para quemarse entre ellos. La dimisión de Pablo Iglesias para ser candidato a la presidencia de Madrid añade presión al Partido Socialista para tratar de dinamitar a su principal rival político.