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El PSOE recorta su desventaja con el PP, pero Feijóo y Abascal siguen sumando mayoría absoluta

Alberto Núñez Feijóo ganará las elecciones con 140 escaños (34,3% del voto)

El PP crece en 51 escaños con respecto a 2019 mientras que el PSOE pierde 22

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Los españoles tienen ganas de cambio y el pronóstico demoscópico avanza que así será. Cuando resta poco más de un mes para el 23J, el nuevo sondeo de Data10 para OKDIARIO refleja una relativa estabilidad en ambos bloques del espectro político, con una tendencia consolidada hacia la mayoría absoluta de PP y Vox. Alberto Núñez Feijóo ganará las elecciones (140 escaños, 34,3%), con una ventaja de 42 diputados sobre Pedro Sánchez (98, 23,2%) y podrá gobernar cómodamente con la amplia mayoría de 182 escaños que suma con Abascal (42 diputados, 15,4%). Con respecto al anterior sondeo, publicado por este diario la semana pasada, apenas hay cambios: el PP gana un diputado y el PSOE, dos, pero los socialistas, en cualquier caso, siguen aún muy lejos de poder reeditar un Gobierno de coalición con su séquito de populistas, independentistas y proetarras.

Esta aparente calma encierra, en realidad, la gran incógnita del 23J: la capacidad de los partidos de movilizar a su potencial electorado en una jornada inédita para la celebración de unos comicios. La previsión de elevadas temperaturas y la coincidencia con las vacaciones de buena parte de los españoles pueden ser determinantes para la abstención, que se mantiene en un 65,4%. En los cálculos de Moncloa está que una baja concurrencia a las urnas será más favorable a sus intereses, pues hoy por hoy el bloque de la derecha está mucho más movilizado.

Aunque cualquier escenario es insuficiente para que Sánchez se mantenga en La Moncloa, el PSOE sigue aprovechándose de la debilidad inicial de Sumar y se aferra a la estrategia del voto útil. Las polémicas internas por la configuración de las listas y los desacuerdos con Podemos desmovilizan a los potenciales electores de Yolanda Díaz, que pierde un escaño en la última semana (29, 13,3%) y es incapaz de presentarse como esperanza de la izquierda. La amalgama radical no sólo no mejora los resultados que hace cuatro años tuvo Podemos en solitario, sino que los empeora: pierde nueve diputados.

Trasvase

En cualquier caso, el trasvase semanal entre los partidos de izquierda y derecha es prácticamente mínimo y la tendencia general es que, de celebrarse hoy elecciones, el PP lograría una victoria incuestionable. Los de Alberto Núñez Feijóo sentarían en el Congreso a 51 diputados más que hace cuatro años, mientras que Sánchez perdería 22 y se quedaría muy por debajo del umbral psicológico de los 100 escaños. Los populares aventajan hasta en 13 asientos a los que suman los dos socios de coalición.

El objetivo de Feijóo de ampliar la base electoral del PP va por buen camino. La encuesta revela la capacidad del líder gallego para absorber al votante del extinto Ciudadanos, pero también para atraer a socialistas desencantados con la gestión sanchista y contener al mismo tiempo el trasvase hacia Vox.

En este cometido confluyen varios factores. Por un lado, el PP puede presumir de la gran fidelidad de sus votantes, la más alta de todo el escenario político (hasta el 79,2% de los que apoyaron a Casado en 2019 respaldarían ahora a Feijóo), seguido por Vox, que retiene al 76,7% de su electorado. Este rasgo lastra al bloque de izquierdas, pues el PSOE apenas entusiasma al 65,6% de quienes hace cuatro años otorgaron su confianza a Sánchez.

Observando la transferencia de voto, el PP se consolida como la casa común del centroderecha, confirmando así la estrategia de ensanchar su masa electoral para llegar a La Moncloa. La desaparición de Ciudadanos genera un importante flujo de papeletas hacia la marca azul: hasta el 58% de quienes apoyaron a este partido en 2019 (957.184 votantes) apostarán esta vez por el PP y apenas un 10,4% se decantará por el PSOE. Sánchez ve además cómo buena parte de su propio electorado, decepcionado por el rumbo de sus políticas y alianzas -hasta 686.012 españoles- optaría ahora por el proyecto de Feijóo. Para Ferraz es también preocupante el impacto de Sumar. El partido de la vicepresidenta segunda ya absorbe a 468.662 socialistas desencantados, pero el PSOE sólo recupera a 146.622 votantes de Podemos. 

Además, Feijóo sigue taponando el trasvase hacia Vox, que alcanzó su máximo apogeo con Pablo Casado en Génova 13. El PP recibirá hasta 508.320 papeletas que en las últimas generales fueron para Abascal. En sentido inverso, 232.164 votantes otrora populares se decantarán esta vez por Vox. 

Vox aguanta el pulso al PP e incluso gana tres décimas en intención de voto pero, a efectos prácticos, perderá 10 escaños con respecto a 2019, lastrado fundamentalmente por la caprichosa Ley d’Hondt. En cualquier caso, el resultado es más que suficiente para completar la amplia mayoría de Feijóo: porcentualmente, los dos partidos de la derecha aglutinan ya el favor del 49,7% de los votantes, frente al 36,5% que suman los socios de coalición.

Con este panorama, el cambio de ciclo en España parece imparable. La izquierda afronta la campaña enfangada en sus cuitas internas. Por un lado, los ataques que desde Podemos lanzan a Yolanda Díaz, acusándola de «someterse a la disciplina de la derecha» por el veto a Irene Montero. Sánchez, mientras, ha puesto a sus barones en pie de guerra al imponerles las listas electorales.

El socialista, que convirtió a Bildu en su socio preferente, pretende centrar su campaña en advertir sobre los pactos del PP y Vox, mientras intenta mantener a Otegi fuera del foco político. La polémica por las listas con etarras fue un lastre en la campaña del 28M que el PSOE no quiere que se repita el 23J. Por el momento, el plan no ha tenido éxito. El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, estrecho colaborador del presidente, se encargó esta semana de meter de nuevo a Bildu en el centro de la polémica al asegurar que los proetarras han hecho «más por España que los patrioteros de pulsera».

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