España

El PSOE no se fía de Iceta: quiere que sus pactos se sometan al Comité Federal

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La campaña del candidato del PSC, Miquel Iceta, está provocando un terremoto político en el PSOE. Nadie duda de que su decisión sobre posibles pactos tras el 21-D puede marcar de manera muy relevante el futuro de la formación a nivel nacional y sus aspiraciones en unas próximas generales.

Los vetos sobre las alianzas con otras formaciones constitucionalistas- Iceta ha reiterado este miércoles que no investirá ni a Arrimadas ni a Albiol-  y la posibilidad de un entendimiento con los independentistas genera recelos en el partido.

Lo bastante para que algunos miembros de la formación nacional empiecen a reclamar en privado que los pactos en Cataluña se sometan a la opinión del Comité Federal.

El trámite, sin embargo, no está recogido en el acuerdo de ‘convivencia’ que PSOE y PSC firmaron en marzo, y que establece que el Consell Nacional del PSC es «el órgano competente para establecer las líneas fundamentales de la política electoral y determinar la política de alianzas» del partido en Cataluña.

Más adelante añade que  «ambas organizaciones reconocen al Consell Nacional como único ámbito de decisión en relación con la investidura de la Presidencia de la Generalitat. Asimismo, la celebración de acuerdos de gobernabilidad, la política de coaliciones, pactos y alianzas electorales será analizada y consensuada en la comisión de coordinación política PSOE-PSC». Esta comisión está integrada por el Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, el primer Secretario del PSC, dos miembros de la ejecutiva del PSOE, dos miembros de la ejecutiva del PSC y dos miembros del grupo parlamentario federal del PSOE en el Congreso, uno en representación de cada partido.

La declaración es lo bastante ambigua para que permita al PSOE supervisar esas alianzas pero, en la práctica, deje la decisión final al partido en Cataluña. En cualquier caso, el margen de opinión de los críticos con Iceta, y con Sánchez, es ciertamente limitado.

La repercusión de Iceta está siendo, para el partido, más negativa que positiva, porque muchos dirigentes ya han cuestionado algunas de sus propuestas de programa. Es el caso de la condonación de la deuda, censurada de inmediato desde algunas federaciones, como la de Andalucía, Asturias o Extremadura.

El mismo rechazo han provocado sus últimas declaraciones, este miércoles, en las que se mostró partidario de pedir el indulto para los exconsellers del Govern y para los líderes de la ANC y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, en el caso de que sean condenados por los tribunales.

«Sin duda pediría el indulto porque en este país tendremos que cerrar heridas que tienen un origen político», señaló Iceta en una entrevista en Rac1. Ferraz se ha desmarcado. «Es su opinión, que respeto, pero en todo caso es la suya», afirmó la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra. La dirección socialista admitió sentirse «sorprendida» por la propuesta.

Iceta reiteró en la misma entrevista su apuesta por un gobierno transversal, liderado por él, en caso de que los resultados de las elecciones no sean determinantes ni para el bloque independentista ni para los constitucionalistas. El aspirante cerró así la puerta a investir a Arrimadas, pese a que su partido, Ciudadanos, podría quedar por encima en apoyos. Su opinión es que el PSC, «más transversal y catalanista» es la que podría recabar más apoyos en un pacto «con votos y abstenciones de partidos no independentistas», en referencia también a los ‘comunes’.

La propuesta genera también desacuerdos en el resto del partido. En medios internos se ve «inviable» reclamar la presidencia «siendo la cuarta fuerza política», lo que choca de plano con las aspiraciones de Iceta.

Desde Ferraz se entiende que Iceta «tiene un papel complicado» en Cataluña, pero se admite también que sus propuestas pueden tener un efecto nocivo para la formación. En el resto del partido, las dudas son también consistentes, en especial tras el ‘fichaje’ de Ramón Espadaler, ex de Unió, y con el que Iceta pretende atraer a una parte de los convergentes ahora desencantados con la deriva independentista del PDeCAT.

Las referencias nacionalistas del programa son vistas con escepticismo en el resto del país. La candidatura reconoce explícitamente la España ‘plurinacional’, que a Sánchez le valió las críticas de sus barones. También reclama «la consideración de los temas lingüísticos, educativos y culturales como competencia estricta de las comunidades con lengua propia», unas alusiones que no gustan nada en otras federaciones.

En especial, en la de Susana Díaz. La presidenta de la Junta, que renunció a participar en la campaña por las dudas que en el PSC generaba su presencia en Cataluña, mantiene unas frías relaciones con Iceta. Las críticas del catalán a Ciudadanos tampoco le benefician, ya que es precisamente el partido de Rivera el que la sostiene a ella en el gobierno regional.